'Eurovisión 2018' nos ha dejado con un sabor agridulce en los labios. En una gala (de la que te contamos su minuto a minuto) en la que la originalidad brilló por su ausencia (aunque eso es algo que ya se sabía), España terminó cuarta por la cola. Y es que nadie pudo hacerle sombra a la gran favorita de la noche, la israelí Netta con su canción 'Toy' ganó Eurovisión, al llevarse el mayor número de puntos del jurado profesional de los países y también de los participantes del televoto. Solo Chipre y Suecia se disputaron con ella el primer puesto pero la israelí se los llevó de calle.
En una gala con mucha bandera española entre el público, Amaia y Alfred salieron a actuar en segunda posición. Muy tranquilos y sonrientes, la pareja dio lo mejor de sí misma interpretando 'Tu canción'. De hecho, se escuchaba al público cantar también el tema y en algunos momentos, cuando ambos se miraban y sonreían, los asistentes gritaban ¡Ooooooh! Quedó claro que, aunque la puesta en escena fue demasiado básica, los asistentes en el Altice Arena disfrutaron de la actuación de 'Almaia', vocalmente bastante perfecta.
Sin embargo, y aunque muchos pedían un beso a gritos, la pareja dejó los arrumacos para la 'green room' donde sí que sacaron su lado más romántico y cariñoso.
Un espontáneo que casi arruina una actuación
Aunque el momento más tenso de la gala la vivimos durante la interpretación de Reino Unido que corrió a cargo de la cantante SuRie y el tema 'Storm'. Durante su actuación, un chico subió al escenario y le arrebató el micrófono. Por suerto, la organización pudo echarlo y darle otro micro a la intérprete para que continuara su canción. Minutos más tarde, Eurovisión anunciaba que la artista tendría la posibilidad de repetir su actuación si lo consideraba oportuno, pero la delegación inglesa declinó la oportunidad.