Después de la tirante cena que les ofreció Miguel Temprano a sus compañeros de 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition', es el turno de Ismael Beiro. Y aunque imaginábamos (y muy bien) que el ganador del primer 'Gran Hermano' en España sería un gran anfitrión, no pensábamos que sería capaz de dejar mudo a Miguel Temprano. Ni una palabra dijo el reportero, igual que sus compañeros, al escuchar al gaditano narrar cómo fue el accidente que le mantuvo 42 días en coma. Una experiencia muy dura que le ha hecho valorar la vida.
Eso mismo fue lo que quiso resaltar Beiro, qué viva la vida (menudo guiño, ¿eh Toñi Moreno?), decía ya al tener a todos sus invitados sentados en la mesa de su cocina abierta. "Estoy encantado de que estéis aquí, porque no todo ha sido un camino de rosas en estos 18 años que llevo en los medios de comunicación", comenzaba su brindis Ismael ante la curiosidad de sus compañeros. Y aquí el gaditano se lo hacía venir muy bien para recordar aquel accidente que le cambió para siempre. "Y lo digo porque yo no tengo olfato, yo no huelo. Y eso fue con el accidente que tuve", soltaba.
En ese momento, los cuatro invitados de Ismael Beiro se quedaban mudos ante semejante anécdota (te han ganado, Miguel Temprano). Aunque las caras de Nagore, de aburrimiento, y Mar Segura intentando descubrir de qué hablaba su anfitrión, fue Ivonne Reyes la que se atrevió a poner las cosas en contexto y preguntó qué le había pasado. "Yo a los dos años de salir de Gran Hermano iba por la calle Juan Bravo tranquilamente, tenía una moto, y paré en el semáforo. Qué ocurre, que yo soy de los que tienen una moto con mucho 'sprint' y enseguida.... (hizo el ruido de una moto arrancando). Coincidió que a mí se me ponía en verde y otro se lo saltó en rojo y ya solo recuerdo el golpe y nada más", explicaba Ismael, "lo siguiente fue abrir los ojos y habían pasado 42 días".
De ahí, Mar Segura abría la boca atónita y el resto de caras eran también un poema. Y es que en 2002, Beiro resultaba gravemente herido de aquel accidente al colisionar con un vehículo. Una experiencia que le dejó en coma un mes y medio y que ha conmocionado tanto a sus invitados que no dijeron ni mu. "El mes de mayo del año 2002 yo no me enteré de nada", añadía Ismael, porque había tal silencio que, a lo mejor, no se habían enterado. Menos mal que está Mar Segura para romper el hielo, unos cuantos larguísimos segundos de incómodo silencio después, alzaba su copa con su elegancia natural y reconducía el brindis que se había convertido casi en un velatorio. "Por eso estoy encantado de estar aquí", decía Ismael mientras hacían 'chín-chín'.