Isabel Preysler se toma a risa el último desaire de Mario Vargas Llosa

Isabel Preysler tiene completamente olvidado a Mario Vargas Llosa, que ha dedicado su última novela a Patricia, su mujer y madre de sus hijos. Esta ha sido la reacción de la socialité

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, invitados a los Goya

En la dedicatoria de ‘Le dedico mi silencio’, la novela que acaba de publicar Mario Vargas Llosa (87 años), tan solo figura un nombre: Patricia. Es la misma Patricia con la que ha tenido tres hijos, con la que celebró las bodas de oro y la misma que dejó cuando se enamoró de Isabel Preysler También es la misma con la que se ha vuelto a reencontrar tras su mediática ruptura con la socialité y la misma a la que sus hijos no dudan en llamar “la mujer de la vida de su padre”. Y, se ha demostrado que así es. Porque aunque hayan sido varias sus compañeras de vida, tan solo una se ha mantenido fuerte como Ulises atado al mástil en plena tormenta. Pero en versión romántica, claro. 

Patricia Llosa esperó y no desesperó. Ya se lo advirtió a Isabel Preysler en la carta que le hizo llegar cuando empezó a salir con su marido. “Esto es muy propio de él. Ya lo ha hecho más veces. Pero, al final, siempre regresa”. Y no falló una palabra. Casi como una advertencia, se fueron cumpliendo punto por punto todos los vaticinios que hacía la peruana, que conoce demasiado bien a su primo. 

El último libro de Mario Vargas Llosa, el último regalo a su mujer

Y ahora él le dedica su última novela. Literal la última porque, tras esta, no vendrá ninguna otra. Mario Vargas Llosa acaba de cumplir 87 años y es consciente de que el lanzamiento de un nuevo libro consume mucho tiempo, y le puede ocupar entre tres y cuatro años; por lo que hablaríamos de que entonces él tendría entorno a los 90 años de edad. Para la elaboración de esta, que resulta una inmersión en la música popular de su país, Perú, ha realizado incontables viajes, ha reunido la documentación necesaria y se ha enfrascado meses y meses sin descanso en su escritura. Una tarea agotadora para alguien que sobrepasa los los 85 años. 

Mario Vargas Llosa, Álvaro y Patricia
Gtres

Pero Mario Vargas Llosa no piensa descansar. Pese a que haya afirmado con tal rotundidad que esta es su última novela, tal y como confesó a La Vanguardia, lo cierto es que piensa seguir escribiendo. Al fin y al cabo, es lo que lleva haciendo toda su vida. “He llegado a mis 87 años muy tranquilo y trabajando hasta el hartazgo. Me parece que voy a cumplir aquello de quedarme con un lapicero en la mano”. Y es que el autor de ‘La ciudad y los perros’ tiene un ideal de muerte, “morir en medio de una palabra que se quedó sin terminar”.

Mario Vargas Llosa lo tiene todo pensado y medido. Y que esta sea su novela última y que se la dedique a Patricia es toda una declaración de intenciones. Es un reencuentro, es un dejar de lado lo que no se hizo bien y es, casi, un perdón que parece no ser necesario porque ella ya estaba dispuesta a perdonar desde el día en el que el Premio Nobel se instaló en casa de Preysler. Y es, también, el dardo final para Isabel, la mujer que le hizo ilusionarse y que le devolvió las mariposas. No hay mención para ella, la única que existe es para la madre de sus hijos; que ha salido triunfante de un pulso que parecía saber ganado de antemano. 

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

La reacción de Isabel Preysler a la dedicatoria 

Isabel Preysler, como el resto del mundo, ya sabe conoce la dedicatoria de ese libro que Mario escribió en su casa y del que ella sabía absolutamente todo, y, lejos de tomárselo con resentimiento, se lo toma con humor. Las amigas de la celebridad aseguran que esta "se partió de risa" al descubrirlo. "Ellos hablaban de este libro. Incluso describe episodios personales de ellos dos. Le resulta súper gracioso, incluso de falta de respeto hacia Patricia, que ahora diga que ese libro está dedicado a la madre de sus hijos", deslizan a través de Informalia.

Los 'feos' de Mario Vargas Llosa a Isabel Preysler

Con este gesto, Mario Vargas Llosa pone el punto y final a una serie de actuaciones y declaraciones que podrían ser entendidas como 'feos' a su última novia. De su relación, de la que asegura no arrepentirse, dice que le trajo una serie de obligaciones que no casaban con su estilo de vida. Las fiestas, los photocalls, participar en un reality... "ahora podré volver a mis libros que es lo mío". Y no era todo, el autor lanzó un relato breve en el que parecía hacer burla a Tamara Falcó, hija de su ex, y para ella eso fue el límite. "No me voy a quedar callada si se meten con mis hijos, con ninguno de ellos".