Isabel Pantoja se ha convertido en la protagonista indiscutible de la semana. La tonadillera volvía a sentarse en el banquillo de los acusados, unas horas agónicas en las que revivió de manera inevitable la pesadilla que vivió hace nueve años cuando fue condenada por el Caso Malaya.
Aunque Isabel Pantoja hizo lo imposible por evitar personarse en el juzgado de Málaga este martes alegando su delicado estado de salud, finalmente el juez declinó todas sus propuestas y se vio obligada a trasladarse hasta la ciudad andaluza para declarar. La artista llegaba acompañada de su hermano Agustín y se abría paso entre una nube de fotógrafos y periodistas. Unos minutos más tarde rompía a llorar frente al juez, una imagen que era captada por las cámaras y reflejaba el mal momento que está atravesando.
Tal y como ha revelado Antonio Rossi desde 'El Programa de AR', Isabel Pantoja tuvo que ser tendida por un equipo médico tras su paso por el juzgado: "Al llegar a Cantora la situación estaba fuera de control y Agustín estaba ansioso y nervioso (...) Tuvieron que llamar al hospital de Jerez", cuenta el colaborador. Unos minutos más tarde, Agustín Pantoja abandonaba Cantora para salir en busca de toda la medicación "que le habían recomendado" y volvió cuanto antes para estar al lado de su hermana.
Marisa Martín Blázquez ha confirmado la información de su compañero añadiendo que Isabel llega a su casa "intranquila, desbordada y tienen que someterle a una especie de tratamiento inmediato para calmarla (...) Se encerró en su habitación, que no quería salir de ahí, tenía un ataque de ansiedad y de malestar infinito".
Quizás fue este nuevo bajón anímico lo que llevó a Isa Pantoja a plantarse en Cantora en la noche de este miércoles. La hermana de Kiko Rivera llegaba a la finca completamente sola y conduciendo su propio coche sin querer hacer declaraciones al respecto. La joven, de 26 años, no ha ocultado la preocupación que siente por el estado de salud de su madre y quizás ha sido eso lo que le empujó a visitarla tras meses sin verse. Un reencuentro que seguro habrá reconfortado a la artista.