Hubo un momento en el que los 2 de agosto eran una fiesta. Cantora se vestía de gala para celebrar el cumpleaños de Isabel Pantoja. Se abrían las puertas de la casa, se invitaba a familiares y amigos y se cantaba y se bailaba. Era, claro, cuando el clan Pantoja vivía sus mejores momentos. Isabel, pletórica, era la estrella, el centro de todo y de todos. Pero esto ya queda algo lejos. Este viernes, la cantante cumple 68 años y no lo hará como antes. Inmersa en una gira que le ha dado más de un dolor de cabeza, la tonadillera se encuentra alejada de sus hijos, sin su madre y con una última polémica a la vuelta de la esquina.
Pantoja era noticia de nuevo por sus supuestas intenciones de vender el piso que posee en Sevilla. Propiedad en la que reside Junco, la que fuese pareja de su hermano Bernardo. “El comprador es una persona anónima. Isabel Pantoja está dispuesta a vender la propiedad para hacer frente a sus deudas millonarias, especialmente ahora que va a cantar menos”, informaba la periodista Paloma García Pelayo. Una última polémica que empaña la celebración de su cumpleaños. Aunque Isabel Pantoja hace tiempo que ya no celebra como antes.
El cumpleaños de Isabel Pantoja marcado por las ausencias
Hace ya mucho que Isabel Pantoja cortaba relaciones con su hijo Kiko Rivera. Los episodios conocidos como la herencia envenenada, donde Rivera se sinceraba sobre su madre y arremetía contra ella en televisión, hicieron que todo saltase por los aires. Madre e hijo, antes íntimos, pasaban a no dirigirse la palabra. Desde entonces todo ha sido una montaña rusa. Ha habido momentos mejores y peores, momentos en los que parecía que todo iba a solucionarse pero que nunca se llegaban a culminar.
En este proceso de distancia se quedaba también por el camino su hija Isa. Pese a que la joven ha puesto todo de su parte y más para estar al lado de su madre, esta se lo ha puesto muy difícil. La benjamina de los Pantoja hace su vida junto a su hijo y su pareja, Asraf Beno, y sin la presencia de su madre. Hasta el momento y por lo que parece, Isabel Pantoja tan solo guarda una buena relación con su sobrina Anabel. Trabajan juntas y la tonadillera está encantada con el embarazo de la joven. Con ella se encuentra de gira por medio país.
Aunque, sin duda, fue el fallecimiento de su madre, doña Ana, el que hizo que Isabel Pantoja perdiese las ganas de celebrar. Pantoja se refugiaba en su hogar tras la muerte de su madre y trataba de superarlo. Los últimos años de la vida de doña Ana estuvieron marcados por los cuidados de su hija. La cantante renunciaba a todo para estar junto a su madre. Muy delicada de salud, la madre de la tonadillera fallecía justo antes de la boda de su sobrina Anabel.
Los problemas de la gira de Isabel Pantoja
El cumpleaños encuentra a Isabel Pantoja en plena gira por España. La cantante, después de mucho tiempo sin emprender un proyecto de esta magnitud, ha vuelto a los escenarios. Acompañada por su sobrina Anabel, Pantoja ha logrado llenar plazas tan difíciles como Madrid y se ha vuelto viral. Los bailes con su sobrina corren por redes sociales y se han convertido ya en un clásico de todos sus conciertos. No obstante, no todo han sido momentos de felicidad.
Varias cancelaciones han puesto a los seguidores de la cantante en estado de alerta. Pantoja se vería obligada a frenar el ritmo para recuperarse antes de seguir. Una decepción para los que tenían ya reservado el día. Eso sí, la cantante ha conseguido que esto no afecte a su bolsillo. Tal y como informó la revista Lecturas, la promotora de la gira ha establecido una cláusula en el contrato por el que Pantoja cobra igual aunque tenga que cancelar el concierto. Un respiro económico para la tonadillera.
La situación financiera de Isabel Pantoja también preocupa. Sería ese el motivo por el que la cantante estaría dispuesta a desprenderse del piso que adquirió en Sevilla cuando era todavía una joven estrella. Una venta rápida con la que trataría de resolver algunas de estas supuestas deudas que amenazarían su estabilidad.