Cierto que la alegría por haber obtenido la libertad condicional tiene a Isabel Pantoja cambiada por completo, pero algo más se esconde en la imagen que ha lucido a su vuelta a los escenarios.
La cara está más rellena, ni una arruga se asoma por su rostro. Labios turgentes y pómulos más sobresalientes. Esta es la primera vez que le vemos en la calle arreglada y maquillada como solía ir antes de su ingreso en prisión. Antes de esta semana, cuando Isabel era pillada por las cámaras de los fotógrafos, aparecía con sus gafas de sol y sin maquillar, quizás por eso ahora que la vemos sin su escudo óptico podemos apreciar mejor el cambio que ha dado Pantoja desde que está fuera de Alcalá de Guadaíra.
Hace unos meses, en abril, tras haber obtenido su libertad condicional, supimos que la tonadillera había estado en Sevilla sometiéndose a una intervención estética. No en su rostro, sino en su busto y vientre. Un remodelado de su figura para que cuando le tocara volver a embutirse la bata de cola, esta le sentara mejor que nunca. Ahora, viéndola al natural, podríamos asegurar que también se ha hecho una puesta a punto facial.
Está mucho más joven. Ha perdido kilos, pero estos no han afectado ni lo más mínimo en la tersura de su piel que aparece más estirada que nunca.
La evolución, o en este caso ‘involución’, pues está más joven que hace 10 años, es de lo más evidente. Hacía mucho tiempo que no la veíamos con tan buen aspecto y si estas operaciones han servido para devolverle la seguridad, sentirse más lozana y fresca a la hora de enfrentarse al público tras dos años de silencio, pues han estado más que bien hechas.
Paloma Barrientos, en el 'Programa de Ana Rosa', ha confirmado que la artista se había inyectado bótox hace un mes, y apunta que es posible que también, en estos días cercanos a su presentación, se haya realizado alguna infiltración de vitaminas para lucir una piel tan radiante como le hemos visto.