Vio, cantó y venció. Así podríamos resumir lo que anoche ocurrió en el Teatro de Aranjuez, donde Isabel Pantoja reapareció ante regocijo de sus fans, que llevaban tachando días en el calendario, como si la condena también la hubieran llevado ellos a cuestas.
Después de llevar más de dos años sin subirse a un escenario, y habiendo pasado más de un año en la cárcel, el regreso de Pantoja solo podíamos calificarlo de una manera: triunfal. Triunfal en el sentido de que sus fans la esperaban con los brazos abiertos, y que ella, como la gran estrella que es, no ha decepcionado a uno solo. A eso se le llama estar a la altura de las circunstancias. Quiso tanto la artista como Universal, la compañía con la que lanza su último trabajo, ‘Hasta que se apague el sol’, que solo estuviera en la sala del concierto los invitados especiales, fans, amigos, familiares, gente de prensa invitada… y una sala aledaña el resto de medios, viendo el show a través de un plasma. Una práctica habitual en entregas de premios, pero que en este caso resulta algo fría. Muchos esperaban poder entrar y hasta entrevistar a la artista pero aún así dejó grandes titulares gracias a las preguntas que le había dejado grabadas Juan Gabriel pensando en la promoción de su disco. Su vuelta, sus reglas.
Aún así, el concierto ha defraudado a muy pocos. La emoción era palpable durante todo el espectáculo y los que lo estaban presenciando sabían que aquello era algo único y muy especial. Una vuelta a los escenarios como la Pantoja no hacía desde que falleció Paquirri y se convirtió en la viuda de España. Ahora, por otro motivo de lo más demoledor, la artista también ha tenido que preparar un regreso triunfal. Y lo ha conseguido con creces.