Que, tal como publica en exclusiva Lecturas, Isabel Pantoja haya impuesto la ley del silencio en temas tan comprometidos como su amistad con Encarna Sánchez y María del Monte, su relación con Julián Muñoz o su paso por la cárcel, no implica que sus defensores no los aborden por los platós de Telecinco. No sabemos qué le parecerá a la tonadillera que sus hijos hablen de asuntos tan dolorosos para ella, pero el hecho de que este tabú no les haya afectado, ha dado lugar a una demoledora narración de Isa Pantoja.
En su visita al plató de 'El programa de AR', la hija de la tonadillera ha sido invitada a bucear en sus recuerdos más dolorosos para centrarse en uno de los momentos que más han marcado la vida de su madre y la suya propia.
Chabelita viajaba en el tiempo hasta aquel durísimo 21 de noviembre de 2014, día en el que Isabel salió de madrugada de Cantora para ingresar en la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga).
Incluso en una víspera de tanta intensidad emocional como aquella, Isabel había trazado un plan para con su familia. Y esa decisión entrañaba abandonarles sin un último adiós. Una situación así hubiera sido devastadora para su estabilidad mental, frágil, por el golpe que suponía pensar en el encierro.
La hermana de Kiko Rivera ha confesado que la cantante le hizo una petición y que no dudó en hacer realidad su deseo. "Mi madre me pidió que durmiera con ella esa noche. Dormí con ella, pero al despertarme a las 7 de la mañana, ella ya no estaba. Mi hermano no lo sabía", revelaba enmudeciendo a Ana Rosa Quintana y al resto de colaboradores, que escuchaban atentos y respetuosos la narración de la joven.
La presentadora ha empatizado con el sentir de Isabel y su familia en aquel trance y ha entendido que "lo que no quería era llorar ni hacerles llorar".
Isabel Pantoja ingresó a finales de noviembre de 2014 en prisión para cumplir una condena por blanqueo de capitales. La tonadillera cumplió la pena hasta el 13 de abril de 2016 que consiguió la libertad condicional. Seis meses después, en octubre de 2016, terminaba definitivamente su condena y se convertía de nuevo en una ciudadana libre.