Irene Rosales: "Me importa un bledo lo que opine todo el mundo"

Acaba de cumplir 30 años y parece que a Irene Rosales no se le acaban los conflictos. A los que tiene su marido, Kiko Rivera, con su familia, se unen también los que le salpican directamente a ella. Según Isabel Pantoja, Irene Rosales sería la mano que mece la cuna, esto es, 'el cerebro' que ha maquinado toda esa operación que ha desembocado en la guerra entre la tonadillera y su hijo, Kiko Rivera.

Irene Rosales, algo cansada ya de recibir por todas partes, se mostró irónica y, a la vez, tajante, con todas las insinuaciones que se hacen sobre ella: "Parece que todo lo que hago lo hago mal. Me importa un bledo lo que opine todo el mundo", ha dicho en 'Viva la vida', programa en el que colabora todos los fines de semana.

La mujer de Kiko Rivera, sin embargo, parece tener las ideas muy claras. "Estoy súper tranquila. Si la gente piensa que yo muevo a Kiko la gente se qequivoca. Discuto más con él que él con su familia. Pero eso no significa que no lo vaya a apoyar. Esto me da más dolores de cabeza que otra cosa. No discuto con mi familia y los problemas los tengo con la familia de mi marido. Yo apoyo a mi marido, pero eso no significa que siempre esté de acuerdo con lo que hace. Por ejemplo, cuando decidió ir al 'Deluxe', yo le aconsejé que no lo hiciera, pero luego él hizo lo que quiso. Y ahí es donde yo le apoyo, aunque no esté de acuerdo".

Para Irene Rosales ser el 'punching ball' de los Pantoja es algo a lo que empieza a estar acostumbrada. "Es muy fácil señalar a alguien para quitarse la culpa uno mismo. Yo no he empezado esto. Yo lo único que he hecho es defendernos de cosas que ha dicho Isabel de nosotros, porque ella hablaba con periodistas por detrás".

En cuanto a lo que dijo Anabel Pantoja acerca de que cuando Kiko tuvo los problemas que tuvo con las adicciones se le dijo que se apartara, Irene ha comentado: "Es verdad que cuando nos fuimos al Rocío estábamos él, su madre, Fran [amigo incondicional de Kiko], y nosotros, su mujer y sus hijos. Y es verdad que dijimos que no viniera nadie más".

Anabel, desde Honduras, no ha tardado en contestar: "Hasta el mismísimo que intenten meter caca entre Irene Rosales y yo. Nadie sabe lo que sentimos y hablamos las dos. Por favor, ya está bien de querer hacer daño". Más claro, agua.