El regreso de Irene Rosales a 'Viva la vida' no ha decepcionado a nadie. Irene Rosales se siente muy cómoda junto a Emma García y se nota. Tras unos meses apartada de los platós, en los que como ella muy bien ha explicado, necesitaba desconectar, Irene Rosales ha vuelto con más fuerzas que nunca y no ha dejado prácticamente ningún tema en el tintero.
Entre otras cosas, Irene Rosales ha hablado de sus niñas, sobre todo de Ana, la mayor, que está a punto de cumplir seis añitos. "Mis niñas están notando mucho que estoy con ellas. Ana necesita mucho de mí", comentó Irene, que también habló de sus padres, a los que perdió el año pasado con apenas unos meses de diferencia. “Ahora siento a mis padres más que nunca, me siento súper protegida. Siento que me escuchan, que tengo su apoyo en todo lo que hago".
La pequeña Ana, que el próximo 15 de diciembre celebrará su sexto aniversario, ya se da cuenta de muchas cosas y no para de hacerse preguntas que, como es lógico, otros niños de su edad no se hacen. "Mi hija me pregunta mucho: ‘¿Ustedes por qué sois famosos?’... Yo le digo que es porque me casé con su padre y luego le pregunta al padre y le explica todo". Ser hija de Kiko Rivera y nieta de Isabel Pantoja es lo que tiene.
Pero Ana ya ha empezado a sacar sus primeras conclusiones, tal y como explicó Irene Rosales: "Dice Ana: ‘Yo no quiero [ser famosa], que a mí me molestan y me hacen muchas fotos’. El otro día fuimos al centro a ver las luces y a Ana la reconocen de lejos porque es igual que el padre y no lo soporta”.
Lo cierto es que a su padre, Kiko Rivera tampoco le entusiasmaban las fotos cuando era pequeño y todos lo conocíamos como 'Paquirrín', claro que, con el tiempo, Kiko se fue acostumbrando y, al final, acabó sacando rédito económico a esa fama que, inicialmente, le vino dada por sus apellidos: Rivera Pantoja. Ahí es nada.
Nadie sabe qué les deparará en el futuro a las hijas de Kiko e Irene. Pueden tomar el camino de su propio padre y ser famosas como todos en su familia paterna, o inspirarse en la hija de Belén Esteban que, tras su mayoría de edad, decidió que quería ser un personaje anónimo.