Aunque solo han pasado siete días juntos, Adara y Gianmarco han exprimido al máximo su tiempo de descuento. La pareja entró haciéndose un sinfín de reproches que quedaron en el olvido en el momento en que sus miradas volvieron a cruzarse. 

Con los sentimientos más claros que nunca y a pesar de tener que abandonar el concurso, la madrileña confesaba abiertamente echa un mar de lágrimas que está enamorada del italiano: "Nunca me ha pasado, siento algo muy fuerte. Le miro y me pierde su mirada, su olor, todo... No quiero hacer daño, pero es algo que no puedo controlar, necesito estar continuamente cerca de él", reconocía.