Pues como el que no quiere la cosa, ya han pasado las primeras navidades de casados para Tamara Falcó (42 años) e Iñigo Onieva (34 años), hay quién nos le auguraba más de dos días juntos, y lo cierto es que están a pocos días de cumplir su primer semestre, medio año, seis meses de amor y vida en común. La Nochebuena la pasaron con la familia Preysler en Miami, la Nochevieja, según lo poco que han ido mostrando, parece que solos, esquiando, en algún destino de montaña. No hay muchos datos al respecto, pero por la felicitación de Iñigo, en la que agradece el 2023 y augura un buen 2024 deseando que sea feliz para todo el mundo, parece que ellos, mal no están.
De hecho, su propósito para el 2024 está claro, ser padres. No lo han ocultado nunca, quieren tener hijos, crear su propia familia. Y aunque ya se ha dado por embarazada a Tamara en varias ocasiones, por ahora no ha llegado la buena nueva, ella misma lo explicó hace no mucho en ‘El Hormiguero’ el programa en el que colabora, "La verdad es que rezo todo el tiempo y si tiene que ser, será y si no, no. La verdad es que estoy felizmente casada, ahora mismo viviendo un momento súper bonito, así que no sé. Sin presión, sin presión. Lo que Dios quiera" explicaba, y apuntaba cuando le preguntaban si tenían instinto paternal que: "No sé, imagino que se desarrollará si somos padres. Ahora mismo, con los sobrinos fenomenal. Pero claro, con los sobrinos es muy fácil porque te los dejan bañados, limpitos, quien les echa las broncas son los padres. Es muy fácil ser tío", concluía.
Mientras tanto, los dos están muy centrados en sus trabajos. Iñigo de hecho tiene un reciente e ilusionante nuevo proyecto. Según se ha publicado será promotor junto a otros socios de un nuevo restaurante en el centro de Madrid, concretamente situado en el cruce entre la calle Fernando VI con la calle Regueros, y bajo el nombre ‘Casa Salesas’. La apertura está prevista para dentro de tres meses, y parece que, aunque en silencio, ya hace un tiempo que estaría volcado trabajando en esto.
Pero no es su único qué hacer, Iñigo también tiene su propia empresa, se llama Meva Hospitaity SL y la dio de alta en 2022, después de haber comenzado a trabajar para Mabel Hospitality, perteneciente a Mabel Capital, la empresa de Manuel Campos Guallar, Abel Matutes Prats y Rafael Nadal. Él comenzó la andadura también con un socio y el objetivo de “la explotación de salas de baile y discotecas. restauración. hostelería. organización de eventos. intermediación del comercio de productos diversos”. En solo un año de vida, ha logrado facturar 389.000 euros y el valor total de la empresa asciende a 47.878 euros. Nada mal teniendo en cuenta la corta existencia de la sociedad.
Entre otras cosas, a través de esta empresa, llevaba su participación en Lula Club, el local situado en la Gran Vía de Madrid en el que dejó de trabajar tras la reconciliación con Tamara Falcó. Es evidente que la vida de Onieva ha cambiado mucho desde que la conoció y mucho más desde que se dieron una segunda oportunidad, ahora sus objetivos son otros, y está trabajando para cumplirlos. Ya ha demostrado, que su empresa puede ser muy solvente, y desde luego su imagen al lado de la marquesa de Griñón también lo es. Prueba de ello es que otro de sus grandes beneficios del año es lo que la pareja se embolsó por la venta de la exclusiva de su boda, cifra que se desconoce, pero que no debió ser pequeña.
Un buen año en cuanto a números, en cuanto a proyectos y sobre todo en el terreno personal, el 2023 siempre será aquel en el que dio el ‘sí, quiero’, y por tanto guardará recuerdos especiales. Ahora, en 2024 la idea es ir un paso más allá, pero como dice Tamara, ‘sin presión’, y centrados, además en su proyecto de vida, su nuevo ático y sus compromisos laborales, que no son pocos.