La infanta Pilar, tía de Felipe VI, confirma que padece cáncer de colon

Se había recuperado de la operación de urgencia a la que se sometió el pasado 2 de febrero a consecuencia de una obstrucción intestinal

Infanta Pilar de Borbón

Pocos días después del susto que le ha dado su salud, el Hospital Ruber Internacional ha difundido el parte médico firmado por Javier Nuño y Mercedes Cuesta, los médicos que la han supervisado en todo momento desde su ingreso, y las noticias son esperanzadoras.

Pocos días después de que su hermano, el rey emérito Juan Carlos de Borbón, trasladara a Felipe VI su deseo de retirarse de la vida pública definitivamente, la infanta Pilar ha confirmado a Chance los peores temores sobre su salud. Pilar de Borbón padece cáncer de colon después de haberse recuperado sin problemas de la operación de urgencia a la que se sometió el pasado 2 de febrero.

El ánimo de la tía del rey está intacto y el pasado domingo reaparecía en público para ejercer su derecho al voto en la pasada cita electoral. Tal como ha contado ella misma al mismo medio, se encuentra "divinamente", a pesar de las circunstancias.

Según Chance, la infanta Pilar, a sus 82 años, ya se encuentra en tratamiento de quimioterapia y ha señalado que sigue haciendo "vida normal" y lo lleva "muy bien", sin síntomas ni incomodidades propios de este proceso tan complejo y duro en la mayoría de casos.

Pilar de Borbón no se ha visto obligada a variar sus rutinas y estos días ha viajado a Portugal visitando a unos amigos y buscando tranquilidad. Según publica Informalia, fuentes cercanas a la familia cuentan que la duquesa de Badajoz se declara "relativamente bien" y afronta con valentía y fuerza esta batalla.

Una batalla en la que no ha estado nunca sola pues sus hijos le han demostrado su apoyo arropándola desde el primer momento, cuando tuvo que pasar por quirófano.

En el arranque de este año, doña Pilar disfrutaba de unos días de asueto en Mallorca cuando empezó a sentirse indispuesta. Se puso en manos de los médicos inmediatamente, y estos decidieron que fuera trasladada a Madrid, donde fue intervenida de urgencia por su médico de confianza en la clínica Ruber Internacional. Se resolvía la obstrucción intestinal que había puesto en peligro su vida y por la que permanecía hospitalizada veinte días, y que habría sido un síntoma de la enfermedad contra la que ahora se encuentra luchando.