Desde el primer momento en que saltó por los aires la noticia del presunto asesinato de Daniel Sancho (29 años) a Edwin Arrieta (44 años) se ha hablado mucho del móvil que podría haber llevado al cocinero español a cometer dicho crimen. Uno de ellos versaba sobre la saneada economía que tendría el médico colombiano. Ahora ha salido a la luz cuál es la herencia que el cirujano deja a sus familiares y desmonta dicha teoría, ya que no contaba con multitud de propiedades a su nombre.
Nadie puede entender que exista un motivo para asesinar a alguien. Por eso la familia del hijo de Rodolfo Sancho (48 años) no ha tratado en ningún momento de justificar el hecho en sí, en caso de confirmarse por sentencia que fue el asesino de Edwin. No obstante, para esa confirmación (o no) parece que queda tiempo, ya que aún se están recabando todas las pruebas posibles y las investigaciones no han terminado por parte de la policía de Tailandia, país en el que tuvo lugar el macabro crimen.
La vida de Edwin Arrieta
El médico estudió con ahínco para poder llevar la vida que él quería. Desde muy joven tenía claro cuál era su sueño y luchó duramente por llegar a esa meta. De hecho, el cirujano plástico no solo ejercía en su Colombia natal, si no que también lo hacía en Chile. De esta manera consiguió hacerse un nombre dentro del mundo de la estética, lo cual se convertía también en unos altos beneficios e ingresos económicos.
Edwin era una persona muy familiar, siempre preocupado por el bienestar de los suyos. De hecho, tal era su admiración por su única hermana que decidió comprarle una vivienda. Sin embargo, para ello tuvo que vender el chalet donde residía en el país colombiano, algo que no le importó con tal de que su hermana pudiera vivir más cómodamente. Además, se ha desvelado que utilizaba un coche de la marca Mercedes de su propiedad para moverse en sus desplazamientos.
Por otro lado, también se había hecho referencia a la casa de Montería que tenía el doctor Arrieta y en la que residía hasta que decidió emprender su viaje a Tailandia, un destino que sería el último que realizaría el médico. Ahora bien, esta vivienda no era de su propiedad, puesto que se trataba de un alquiler y en la que había algunos adornos de plata que sus familiares se habrán encargado de recoger y guardar para siempre en su recuerdo.
Por otro lado, hemos conocido que Edwin no tenía ninguna clínica a su nombre, por lo que él decidía alquilar un quirófano en cualquier centro médico para poder realizar las distintas operaciones. Por ello, el colombiano conocía de antemano a sus pacientes, estudiando los casos en concreto y alquilando las instalaciones que fueran necesarias para llevar a cabo la operación requerida.
Los planes económicos de Edwin Arrieta
El médico no parecía tener algún problema económico, a pesar de no contar con un patrimonio inmenso a sus espaldas. De hecho, no escatimaba en gastos en sus viajes alrededor del mundo, como fue por ejemplo cuando conoció a su presunto asesino, Daniel Sancho, en Madrid, hospedándose en un lujoso hotel de la capital española. Sin embargo, el cirujano había elegido Barcelona como la ciudad española en la que quería darse a conocer en el mundo de la cirugía.
El doctor Arrieta contaba con un respaldo económico importante, ya que había sabido ahorrar. Además, tenía claros sus ideales y es que su familia iba por encima de todo. “Cuando tuviera la plata, le compraría una finquita a su padre”, replicaban desde El Mundo. “Le regaló un piso en su Lorica natal hace unos meses, después de vender su chalet de recreo en una playa de Córdoba”, haciendo alusión al regalo que le hizo a su hermana.
Las inversiones de Edwin Arrieta
El médico tenía pensado realizar diferentes inversiones económicas en terrenos totalmente ajenos a la medicina. Prueba de ello son los negocios que quería abrir con Daniel Sancho, el chef que aseguraba ser propietario de varios locales madrileños, tal y como su padre llegó a expresar en alguna entrevista y que el propio Arrieta creía a ciencia cierta. Sin embargo, se ha conocido que el hijo de Silvia Bronchalo (48 años) no es propietario de ningún local ni tan si quiera socio.
No obstante, este futuro económico no va a llevarse a cabo, debido a los acontecimientos surgidos. Lo que sí parece descartado es que el motivo del crimen haya sido impulsado por cuestiones financieras, ya que el médico contaba con su economía bastante saneada pero no tenía demasiadas propiedades a su nombre que pudieran llegar a hacer pensar en este como móvil del asesinato.