La herida que dejó la relación de Aitor Ocio y Laura Sánchez sigue abierta y sangrando casi una década después de su ruptura, y con la hija de ambos en medio de su guerra. La pequeña Naia vive en Bilbao con su padre, que tiene la custodia única.
Fue en 2014 cuando la modelo denunció la publicación sin su consentimiento de fotografías de su hija en las redes sociales. Un lustro más tarde ha conseguido que su ex no pueda subir más imágenes de la menor. Ha sido el propio Aitor Ocio quien lo ha contado, a golpe de comunicado, en Instagram.
"No nos permiten a Naia y a mí seguir compartiendo con vosotros algunos de nuestros momentos juntos en mi cuenta de Instagram", ha escrito el que fuera jugador del Athletic Club. A lo que ha añadido: "Hablo en plural porque todas las fotos que habéis podido ver durante estos años eran consensuadas y aprobadas por ambos".
El ahora empresario ha borrado todo el rastro de Naia a excepción de alguna imagen en la que la pequeña aparece de forma sutil, y ha hecho una reflexión, muy indignado: "Me cuesta comprender como en pleno siglo XXI cuando se habla constantemente de libertad de expresión, igualdad, etc. Resulta ser que un padre con la guarda y custodia única no puede compartir en su cuenta personal el orgullo, amor y admiración que siente por su hija".
"¿A quién hacemos daño? ¿Eliminar a una hija del Instagram de su padre es protegerla?", se ha preguntado, al mismo tiempo que ha reiterado contundente que "jamás haría nada que fuera perjudicial para ella".
Aitor Ocio, apenado y enfadado por la decisión que ha tenido que acatar, ha cerrado su texto con una frase de lo más contundente y pequeño (gran) zasca a la madre de Naia: "Nos han borrado nuestras fotos pero jamás nadie podrá borrar nuestras sonrisas".