Iñaki Urdangarin ha normalizado sus salidas de la cárcel de Brieva dos días a la semana durante ocho horas para cumplir sus labores de voluntariado. Sus permisos, que empezaron hace un mes, rompían con su aislamiento desde que ingresara en prisión en junio del 2018 e hicieron reaccionar a la Fiscalía.
El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León notificó que, tras 15 meses de su cumplimiento de condena, Iñaki Urdangarin podría disfrutar de dos salidas semanales, una noticia que llegó por sorpresa. Cuatro días después de disfrutar de su primer permiso, la Fiscalía pidió que tal decisión se revocara, pero el marido de la infanta Cristina ha seguido adelante con voluntariado en Hogar Don Orione. Ahora, 40 días más tarde, un autojudicial ha dado la razón a Urdangarin y encima su primera calificación como voluntario le da un aprobado alto.
Así lo ha desvelado Paloma Barrientos en 'Vanitatis', que ha asegurado que la respuesta de la Audiencia Provincial de Ávila es contundente y que ha confirmado el permiso "desmontando todos los puntos en los que se basaba el recurso del Ministerio Público". Así, consideran que el cuñado de Felipe VI cumple los requisitos de "baja peligrosidad" y que no ofrece "riesgos de quebrantamiento de condena”. Y estos serían los puntos que negarían sus salidas semanas durante su condena de cinco años y 10 meses por el caso Nóos para colaborar con una ONG madrileña en el cuidado de personas con discapacidad.
Urdangarin ha recibido muy buenas calificaciones en sus primeras semanas como voluntario, de "notable alto", y esto según los magistrados que han firmado el auto es "enriquecedor y positivo", lejos de lo que apuntaba la Fiscalía, que aseguraba que el trabajado en Don Orione no le otorgaría ningún tipo de reeducación.
El autojudicial, que se dio a conocer ayer lunes, incluso indica que estas salidas "podrían verse como un paso previo" para una próxima concesión de permisos de salida cuando Urdangarin cumpla, el próximo 28 de noviembre, un cuarto de la condena. Así, el cuñado de Felipe VI parece tener la puerta abierta a "futuros permisos de salida" con la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, lo que le permitiría disfrutar de algunos de los beneficios del tercer grado penitenciario o régimen de semilibertad.