Muchos se preguntaban este pasado sábado por el motivo de la ausencia de Íñigo Onieva (33 años) en la boda de Lucía Domínguez a la que sí acudió Tamara Falcó (41 años) junto a su madre, Isabel Preysler, y su hermana Ana Boyer. El prometido de la marquesa de Griñón abandonaba el domicilio a la vez que su novia pero, al llegar a la iglesia, ni rastro de Onieva. Al menos, la excusa esta vez era de peso. El empresario se encontraba asistiendo a uno de los eventos más importantes para su madre, Carolina Molas. Ni más ni menos que el 60 aniversario de la empresa de la que Molas es CEO. Una reunión familiar que no pudo contar con la presencia de Tamara.
A Tamara Falcó e Íñigo Onieva se les acumulan los compromisos. La misma noche en la que la hija de Isabel Preysler acudía a una boda acompañada de su madre y su hermana, Onieva hacía casi lo mismo con la suya. El joven, junto a su hermana, no podía faltar en el aniversario de la empresa que dirige Carolina Molas desde hace nueve años. Una puesta de largo en la que la madre de Íñigo Onieva dio un emocionante discurso rodeada de sus hijos. Motivo por el cual, claro, Íñigo no pudo acompañar a Tamara a su compromiso.
La marquesa de Griñón, además, guardaba un as en la manga. Pocas horas después de la boda, volvía a salir de casa pero con rumbo al aeropuerto. ¿El destino? Parece ser que Nueva York.
La llamativa ausencia de Íñigo Onieva
No es de extrañar que Tamara Falcó acuda a compromisos sin la presencia de su prometido. Las agendas de ambos son intensas y no siempre se puede coincidir. No obstante, una ocasión tan especial como una boda cercana a la familia y con la presencia tanto de Isabel Preysler como de Ana Boyer, hacía sospechar que algo estaba ocurriendo. El joven se encontraba arropando a su madre en el aniversario de Cemevisa, la empresa familiar.
Carolina Molas cogió los mandos de la corporación tras el fallecimento de su padre. Nueve años en los que la empresaria se ha posicionado como una de las mujeres emprendedoras más reputadas. Y en un acto tan importante como el 60 aniversario de su fundación, Íñigo no podía faltar. La relación de Onieva con su madre es más que cercana. Ella estuvo a su lado durante el escándalo del vídeo grabado en el festival The Burning Man. Y también lo ha estado en todo lo que ha ocurrido después.
Íñigo, junto a su hermana Alejandra, no quisieron dejar sola a su madre. Una ocasión a la que seguro que hubiese querido acudir también Tamara Falcó pero no podía saltarse la boda de Lucía Domínguez, íntima amiga de la familia Preysler.
Tamara Falcó pone rumbo a Nueva York
Lo que nadie había logrado averiguar era que Tamara Falcó cogería un vuelo con destino Nueva York pocas horas después. Tal y como avanzaba 'Vanitatis' en primicia, la hija de Isabel Preysler va a reunirse con el director creativo de Carolina Herrera para la confección de su vestido de novia. La polémica generada con sus anteriores diseñadores, Sophie et Voilà, ha hecho que la marquesa de Griñón se quede compuesta y sin vestido a dos meses del enlace. Una situación de urgencia que, sin duda, requiere medidas desesperadas.
Falcó salía de su casa con total normalidad este domingo sin atender a las preguntas de la prensa. Tampoco aclaraba nada Íñigo Onieva pocos minutos antes. El secretismo rodeaba el viaje de Tamara a Nueva York. De esta reunión depende que todo empiece a coger camino y pueda llegar al día de su boda con el vestido de sus sueños. ¿Conseguirá cumplir los plazos?