Rocío Flores ha vuelto a hacerlo. La hija de Antonio David y Rocío Carrasco ha pasado por quirófano para someterse a un retoque estético y, su resultado final, ¡es espectacular!
Hoy, se cumple un año desde que Rocío Flores se embarcara en la aventura más extrema de su vida. Su participación en Supervivientes 2020 le ha provocado un importante cambio vital y se ha puesto manos a la obra con múltiples tratamientos para lucir un cuerpazo de infarto. La nieta de Rocío Jurado perdió, nada más y nada menos, que 16 kilos en Honduras y durante todo el año ha conseguido mantenerse: se ha sometido a un tratamiento epigenético para eliminar la grasa y moldear la figura, rayos UVA para mantener el bronceado, maderoterapia, ha pasado de un color de pelo cobrizo a un rubio mucho más claro y, por si fuera poco, se ha lanzado a practicar clases de boxeo, una de las pasiones que ha heredado de su abuelo, Pedro Carrasco. Pero la lista no termina aquí, Rocío visitó hace tres meses una de las clínicas más exclusivas de la Comunidad de Madrid para llevar a cabo una 'Bichectomía' y el cambio radical que ha experimentado la joven es una auténtica locura.
La 'Bichectomía' es una cirugía que consiste en buscar el tejido graso de la cara y extirparlo. Esta pequeña operación ha conseguido que Rocío Flores luzca un rostro mucho más definido y la zona de los pómulos se haya resaltado. La máxima preocupación de la exsuperviviente era el dolor... Pero nada de eso, solo le han puesto anestesia local y la intervención ha durado apenas 20 minutos. La imagen de Rocío ha cambiado mucho y se encuentra encantada con su nueva imagen.
Su paso 'Supervivientes 2020'
Rocío se ha atrevido a compartir con todos sus seguidores de Instagram una preciosa reflexión sobre lo que ha significado su paso por los Cayos Cochinos, a pesar de los brutales altercados que protagonizó con Yiya: "Volvería con los ojos cerrados. Ya no es que sea una persona nueva físicamente sino que psicológicamente alucinaríais del crecimiento personal que me enseñó esta experiencia".