El 2011 Carla Barber aspiró a Miss Mundo, pero no logró el título, en 2015 si se alzó con la corona de Miss España, lo que le llevó a Miss Universo, que se le resistió. Su nombre empezó a ser reconocido tras mantener una relación con el futbolista Álvaro Morata en 2013 y en 2016 terminó de dar el salto a la fama tras su paso por ‘Supervivientes’. Desde entonces hasta ahora, la modelo no ha hecho más que cumplir sueños. Tras licenciarse en medicina estética, invirtió lo ganado en el concurso de supervivencia en abrir su propia clínica en Gran Canaria en 2017, y ese solo fue el principio de una carrera imparable.
Actualmente es propietaria de tres clínicas, la ya citada en Gran Canaria, otra en Madrid y una tercera en Valencia. Gestiona las tres desde la sociedad ‘Clínicas Barber SL’, que dio de alta en septiembre de 2017 y que actualmente tiene su domicilio social en la capital. Ella es la administradora única de la empresa cuyo objeto social es muy claro: “tratamientos de belleza y estética y la explotación de centros de estética en régimen propio, de alquiler, de cesión o de franquicia”. En el último año fiscal que se puede consultar, el 2021, Carla Barber facturó 5,6 millones de euros y registró un total activo de 3 millones, unas cifras astronómicas para una empresa con tan poca trayectoria, que únicamente indican que a la médico le va mejor que bien.
Pero no se queda ahí, solo dos años después, en 2019, tras haberse divorciado de Camilo Esquivel, también médico estético, dos meses de haber celebrado su boda, dio de alta otra sociedad, también solo a su nombre, y con la ayuda de su madre que está registrada como apoderada. ‘Carla Secret SL’ está dedicada a la “compraventa de productos de cosmética de todo tipo, belleza, farmacéuticos y sanitarios por medio de cualquier canal de distribución, incluida la venta online”, a través de ella comercializa los productos de cosmética que vende en su página web. Tampoco esta empresa funciona mal, en 2021, cuando a penas cumplía los dos años en vigor, ya facturó 1,6 millones de euros y registró un total activo de 1,7, cifras que solo evidencian éxito, eso está claro.
Carla Barber ha invertido en varias propiedades
En estos años, además de a trabajar, le ha dado tiempo a invertir, y también esto lo ha hecho a lo grande. En Gran Canaria cuenta con una plaza de garaje ubicada cerca de la clínica y participaciones en una propiedad en régimen de ‘nuda propiedad’. En Madrid es donde ha decidido centrar su vida y donde pasa más tiempo a pesar de que visita muy a menudo sus otras dos clínicas, y por ello es en la capital donde ha hecho el gran desembolso en ladrillo. En 2018, cuando solo llevaba un año trabajando como médico, ya se compró un piso en el centro de 123 metros cuadrados con siete habitaciones y una bohardilla de veintiocho metros, nada mal para tratarse de su primera vivienda. En este momento, un inmueble en esa zona con características similares está en torno al millón de euros.
Pero Carla necesitaba más, podía permitírselo y no lo dudó, en 2021 firmó la compra de la casa de sus sueños, el lugar donde ahora vive junto a sus hijos. A pesar de que en ese año ella ya compartía su vida con Jhosep, el padre de los pequeños, cuya identidad e imagen siempre preservó por petición de él, ella se compró su casa sola, y ahora que no están juntos, son ella y los niños los que siguen viviendo allí. Según los datos oficiales, la vivienda se compone de planta baja de 339 metros cuadrados con garaje, pasillo, porches, cocina, despacho, escalera, sala de estar, dos comedores, salón, baño, tres dormitorios, vestidor y jardín de invierno. Planta primera de 299 metros cuadrados con distribuidor, escaleras, cuatro vestidores, sala de estar, cuatro dormitorios y cuatro baños. Planta segunda de 25 metros cuadrados con torreón de acceso a cubierta plana transitable. Además, tiene jardín y piscina privada de 32 metros cuadrados.
En total tiene 800 metros construidos y 3.000 de parcela. Además de la extensa superficie, la propiedad tiene otro gran atractivo, su ubicación, pues a pesar de tener un gran terreno es bastante céntrica, la modelo no se ha ido a las afueras. Otro de sus rasgos distintivos es su fachada y las líneas de construcción, que por fuera se han mantenido, pues es un palacete del silgo XIX muy bien conservado y cuyo precio está estimado alrededor de los nueve millones de euros.
Sobra decir que Carla ha cumplido sus sueños, ha logrado vivir, y a todo lujo, de aquello que un día estudió y que según siempre cuenta, le apasiona, y además ha tenido tiempo para dedicar a su yo más personal. A sus 33 años es madre de dos pequeños, uno de ellos tiene menos de dos meses y hay indicios que apuntan a que estaría conociendo al doctor Carlos Rubí, aunque por ahora ella no lo ha confirmado. En definitiva, con dos niños sanos, dos empresas millonarias y viviendo en un palacete en pleno centro de Madrid, parece que la vida de la modelo es cuanto menos idílica, si no fuera porque comparte momentos tan cotidianos como el reciente susto que se llevó por la caída de su hijo mayor, algo que toda madre ha pasado alguna vez, parecería que no es humana.