Las tres humillaciones imperdonables de Isabel Pantoja a su hija Isa que han empañado la felicidad de su embarazo

El embarazo de Isa Pantoja ha vuelto a poner en el punto de mira el comportamiento de Isabel Pantoja con su hija; una relación marcada por las humillaciones

Jara Bravo
Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

isa Pantoja collage

Hace ya tiempo que la relación de Isabel Pantoja y sus hijos Kiko Rivera e Isa está completamente rota. La tonadillera cortaba por lo sano con ambos por motivos muy distintos. Mientras que con su hijo mayor todo se torcía por 'la herencia envenenada' y las declaraciones de Rivera, todavía se desconoce que propició que Isabel rompiese la relación con su hija pequeña. Isa había logrado mantener cierto equilibrio con su madre poniendo mucho esfuerzo y tiempo. Algo que no lograba calmar a la cantante. Pantoja se cerraba en banda.

Desde entonces, han sido muchas las humillaciones que la hija de la tonadillera ha sufrido por parte de su madre. Golpes que ha ido encajando pero que se quedan en la memoria. Instantes de enorme felicidad completamente empañados por la actitud de la cantante. Isa ha perdonado durante mucho tiempo y ha disculpado también. Hasta ahora. La joven no quiere sentirse culpable por la actitud de Pantoja. Ya no está en ese momento vital. Y menos cuando su vida está a punto de cambiar de forma radical.

El embarazo de Isa Pantoja, anunciado en exclusiva en la revista Lecturas, ha hecho que el foco vuelva a ponerse sobre la relación de la cantante y su hija pequeña. Un entendimiento roto que no parece que vaya a solucionarse de nuevo.

La primera humillación a Isa Pantoja: el bautizo

La primera de las grandes humillaciones que ha vivido Isa tuvo lugar en 2018. Isa Pantoja, muy ilusionada, bautizaba a su hijo, Albertito, en la iglesia de San Nicolás, en Sanlúcar de Barrameda. El pequeño, que por aquel entonces tenía 4 años, estuvo acompañado su padre, Alberto Isla, Dulce, que actúo como madrina, Anabel Pantoja, Irene Rosales, su abuela paterna y su tío Alejandro. A pesar de todas las personas que se reunieron por el pequeño, hubo una gran ausencia: Isabel Pantoja. 

La madre de Isa Pantoja no acudió ni a la ceremonia ni al convite. De hecho, se cree que, tras descubrir que Dulce sería la madrina de su nieto, se negó en redondo a formar parte de este evento familiar. Intentando solucionarlo, Isa le habría ofrecido a su madre ocupar ese papel, pero ya era demasiado tarde. La Pantoja no quería tener nada que ver con este momento importante. Una negativa que, seguramente, generó una gran decepción en Isa.

La segunda humillación: la boda

La segunda humillación que Isa Pantoja tuvo que tolerar de su madre fue tan solo el año pasado. En 2023, la joven se daba el 'sí quiero' con Asraf Beno en la Hacienda de Al-Baraka, un impresionante palacete con arquitectura árabe que se encuentra en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, a unos pocos kilómetros de Sevilla. Este enlace, que cubrió en exclusiva la revista Lecturas, fue la guinda perfecta para la historia de amor de la pareja. 

A medida que avanzaban los meses, pudimos saber más detalles. Por ejemplo, Isa reveló que había decidido tener dos vestidos de novia de Haníbal Laguna. "Me ha hecho dos vestidos, no tiene nada que ver el uno con el otro. Uno es completamente moda”, declaraba la novia. O también confesó que había escogido una canción muy especial para su baile nupcial: "La canción que he elegido porque me encanta es 'Si nos dejan'. Es preciosa y muy significativa para m", afirmaba.

Isa Pantoja Asraf Beno
Garófano / Pernía

Sin embargo, de nuevo, hubo un detalle que ensombreció este día: la ausencia de Isabel Pantoja. Durante las semanas anteriores a la boda, no pararon de preguntar a Isa si su madre acudiría, a lo que ella afirmaba que estaba más que invitada. Pero no quiso ir. Jorge Javier Vázquez, Anabel Pantoja y sus mejores amigas sí estuvieron a su lado, queriendo apoyarla en este día tan especial. 

Así lo expresaba la joven tal como expresó en su entrevista para la revista. "He intentado no pensar en las ausencias, no voy a pensar en eso. Me siento muy querida, muy arropada por todas las personas que vienen. Tengo mucha gente, entre otros mi hijo, que va a estar aquí, que me quiere, me adora", confesaba.

La humillación definitiva: el ingreso

La tercera humillación tuvo lugar hace muy pocas semanas y fue el desencadenante de que Isa diera el pasó de sentarse en '¡De Viernes!' para poner punto y final a su sufrimiento. El pasado septiembre, la madre de Albertito era ingresada de urgencia tras sufrir, durante varios días, unos fuertes dolores estomacales. "Fue a más, me dolía la boca del estómago, el estómago, y luego se me fue a la tripa. Un dolor horroroso, me asusté un montón porque no sabía qué podía ser", se desahogó con sus seguidores. Su estado no mejoró a pesar de los medicamentes, por lo que tuvo que volver al hospital. Al ver su estado, los doctores decidieron ingresarla para tratarla con urgencia.

Desde entonces, todo el mundo estuvo pendiente de su evolución y de las personas que estaban a su lado en este momento tan delicado. Asraf, Dulce, su hijo Albertito e incluso Anabel Pantoja, que no dudó en coger el coche y acudir al centro hospitalario, estuvieron al lado de la colaboradora de 'Vamos a ver'. ¿E Isabel Pantoja? Durante unas horas se rumoreó que la tonadillera sí habría llamado a su hija, pero no se confirmó. Lo que sí estuvo claro es que Isabel no se desplazó hasta el hospital para verla. 

 "La conclusión es que no me ha querido llamar o no me ha querido venir a ver. Anabel ha estado ahí, a su alcance, y tampoco ha dado el paso [...] Sí pensaba que la llamada se iba a producir. Igual que en la boda no, en este caso no tenía ninguna duda de que me iba a llamar o venir. Apostaba más por que viniera que por que me llamase", se sinceraba. Pero no fue así.

Una vez más Isabel dejó sola a Isa en uno de sus momentos más importantes y, en este caso, vulnerable. Un desplante que ha provocado que la joven ya no espere nada de su madre. Ni llamadas, ni atención, ni visitas. Su ausencia en un momento de mucho miedo y dolor ha sido la concienciación final para la joven, que ha decidido no seguir tolerando la conducta de su progenitora.