El empresario y fundador del imperio Play Boy es una sombra de lo que era. Y su vida nada tiene que ver con aquella que le hizo famoso en todo el mundo. La mansión Play Boy, situada en Beverly Hills, ya no es el foco de innumerables fiestas -¿o habría que decir orgías?- en las que Hugh Hefner (89) era el anfitrión, pero no el protagonista, ya que sus famosas conejitas acaparaban todos los flashes. Esa mansión de 22 habitaciones, que fue escenario de lujosas y escandalosas veladas, es ahora una casa rancia que huele a deshabitada y, casi, a hospital.
Así lo ha declarado la modelo británica Carla Howe, de 25 años, una de las últimas en visitar la mansión Play Boy, a la prensa de su país. Carla ha asegurado que Hefner ya no da fiestas y que se dedica a jugar al ajedrez y a ver una y otra vez películas antiguas, entre ellas, 'Casablanca', su favorita. El empresario, que en los últimos años se caracterizaba por recibir a sus invitados en pijama de seda y batín, dispone de un cine en su propia casa, así que puede ver sus películas favoritas en perfectas condiciones.
El ocaso de Hugh Hefner es evidente y nada extraño, dada su avanzada edad. Donde antes brillaban las conejitas, ahora es un ir y venir de enfermeras que velan por la salud del anciano. Por aquí han pasado Pamela Anderson -que felicitó a Hefner totalmente desnuda en su fiesta del 80 cumpleaños-, las hermanas Paris y Nicky Hilton, Carmen Electra y otras muchísimas 'play mates' que fueron portada de la famosa revista de desnudos.
Carla Howe ha declarado: "La casa ya no es ese lugar de excesos y de orgías con chicas en topless. 'Hef' está tan frágil que va a todos lados con un grupo de enfermeras". Carla y su hermana Melissa, a las que vemos en una imagen de Instagram, vivieron tres años en la casa Play Boy,