Blanca Suárez se ha convertido en la primera invitada de 'El Hormiguero 3.0: quédate en casa' esta semana, y su entrevista aunque apenas ha durado unos minutos ha dado para mucho. La actriz está pasando el confinamiento acompañada de su perro, Pistacho, y sus dos gatos y aunque no lleva muy bien lo de estar encerrada reconoce que también está disfrutando de su casa. "Mi perro y mis gatos me miran como diciendo: '¿en qué momento te vas a ir?' Están extrañados", ha compartido muy animada.
La actriz le ha contado a Pablo Motos que, efectivamente, como dijo en redes está "pandémica perdida" y que "cada día es un festival nuevo". "No sabes qué te va esperar a lo largo del día. Estoy a tope con la limpieza y me estoy reconciliando con mi casa, cambiando muebles, tirando cosas... Tenía cajas enteras que no había mirado en los 2 ó 3 años que llevo aquí. Estoy convirtiendo mi casa en un museo minimalista", ha compartido Blanca, que además está entrenando duro con su personal trainer Crys Dyaz.
Precisamente ha sido un detalle de su casa lo que más ha llamado la atención a Pablo Motos y sus colaboradores. "¿Qué estás tumbada en el suelo o es que tu pared es así?", le preguntaban desde el plató. Blanca se echaba a reír y descubrió que en realidad es la puerta de su baño, que está completamente camuflada. El presentador ha alucinado porque nunca se hubiera imaginado que estuviera entrevistando a Blanca ¡en su baño!
Además, Blanca Suárez ha hablado de sus tatuajes, ya que limpiando su casa se ha encontrado las plantillas de calco de los originales dibujos que lleva en la piel, uno de sus tres mascotas y otro del pony rosa que lleva en el antebrazo y del que nunca había hablado. "De pequeña la gente que más quiero siempre me han llamado pequeño pony, y cuando empecé a trabajar me decían que parecía un pony porque llevaba el pelo de colores e iba llena de pendientes, y me quedé con ello".