‘Cenicienta’, el último film de la factoría Disney, ha llegado a nuestros cines cargado de polémica. La película ha recibido críticas debido al posible retoque digital al que se habría sometido a una parte de la anatomía de la actriz que interpreta a la princesa, Lilly James, la cintura. El abdomen se habría afinado de manera notable para que la imagen de la intérprete encajara más con la de los dibujos animados. Pero, ¿qué sentido tiene hacer una versión con actores reales de un clásico de la animación si después todo lo que se va a mostrar es ficción? Con prácticas como estas sólo se consigue confundir a los niños y alterarles la percepción de lo que es real y lo que no.
Lilly James, que posee una silueta envidiable, habría visto cómo su cuerpo ‘mutaba’ para convertirse en algo más parecido al modelo Barbie, que al de una mujer de carne y hueso. Desde hace años, las asociaciones feministas que luchan por que se respete la imagen de la mujer y que se reduzcan los retoques fotográficos y audiovisuales, vienen denunciando la manera en la que los dibujos animados, en concreto los de Disney, presentan a las princesas. Las cinturas de avispa características de sus personajes no son realistas y deberían ser algo más anchas, para que ninguna niña creciera con ese ideal, sino con uno mucho más sano y auténtico.
Además, la actriz que se ha puesto en la piel de la sufrida Cenicienta ha confesado que, mientras duró el rodaje, y para caber en los estrechos corsés del vestuario, tan sólo se alimentó de líquidos.
Pero donde parece que tú y yo vemos alteración digital, los de la Disney no encuentran nada. El director, Kenneth Branagh, tras la polémica suscitada por la cintura de la protagonista de 25 años, ha salido a la palestra para proteger su trabajo y el realismo del mismo, negando tajantemente que se haya utilizado el retoque digital para alterar la figura de James. Algo que el representante de la joven también ha aclarado, asegurando que el efecto de ‘afinamiento de cintura’ se debe, tan solo, a la utilización de un corsé muy ajustado que la protagonista debía lucir en la mayoría de escenas.
La calle no lo tiene tan claro. Muchos no se terminan de creer la excusa del corsé y consideran que el film ejerce un mal ejemplo en el público al que va dirigido, por lo que llaman al boicot. Un boicot que parece no haberse producido, pues el film está arrasando en taquilla.
Qué crees, ¿la cintura de Cenicienta tiene truco o no tiene truco?
Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS