Hablamos con Los del Río: "Conocimos al Rey emérito cuando era príncipe, se peleaba con nosotros contando chistes"

Los autores de 'Macarena' presentan un documental de Movistar+ dedicado a su hit mundial para celebrar el 30 aniversario.

Los del Río en 'Macarena'

Los del Río en 'Macarena'

Movistar+
Javier P. Martín
Javier P. Martín

Periodista especializado en series y televisión

Lo que Antonio Romero y Rafael Ruiz consiguieron en los años 90 con "la Macarena" es el sueño húmedo de todo músico en la era TikTok. El dúo conocido como Los del Río tuvo un éxito viral, cuando ese concepto aún no existía, que se extendió por todo el mundo hasta convertirse en la banda sonora de la campaña electoral de Bill Clinton. Con la ayuda de dos remixes (uno de Fangoria), un baile icónico y más de un imitador, 'Macarena' acabó reinando durante 14 semanas en la importante lista estadounidense de éxitos Billboard. Es algo que hasta entonces habían conseguido muy pocos: Mariah Carey, Whitney Houston y Boyz II Men. Ni Michael Jackson, ni los Beatles, ni Elvis Presley.

Entre todos esos nombres, estos dos músicos de Dos Hermanas (Sevilla), que tras tres décadas de carrera cantando en fiestas para la élite española se convirtieron en un fenómeno mundial. Así lo cuenta 'Macarena', un documental que Movistar+ estrena este lunes para celebrar el 30º aniversario de la canción, que fue el año pasado.

Aprovechamos la ocasión para hablar un rato con Antonio y Rafael. Con el desparpajo y la locuacidad de dos señores andaluces de los de antes, Los del Río hablan casi sin darle importancia de sus fiestas junto a la realeza y los empresarios más ricos del tardofranquismo (alguno de ellos de dudosa legalidad). También de alguno de sus conciertos más surrealistas cuando 'Macarena' les llevó de gira por todo el mundo. Una conversación llena de anécdotas.

¿Cómo os conocisteis?

Antonio Romero: Nos conocimos en Dos Hermanas. Estábamos jugando un día en los billares, en los futbolines, como se juntan todos los chavales. Yo trabajaba de dependiente de calzado en una tienda que estaba al lado de los billares, y Rafael en una heladería que estaba un poco más para arriba. Y pasaba por allí con las espuertas llenas de los helados, de los polos, para los kioscos que tenían que hacer el reparto. Y cuando terminaba yo, cerraba a la 1:30, pues de la 1:30 a las 3 que me iba a almorzar a casa, estábamos allí todos los amigotes jugando a los billares. Y un día arranqué yo a cantar, o Rafael, no me acuerdo. Y empezamos a cantar los dos juntos por fandangos de Huelva o sevillanas, y todos los amigotes diciendo: “Quillo, qué bien”. Y yo dije: “¿Por qué no vamos a una emisora de radio?”. Y ahí comienza todo.

Rafael Ruiz: Y lo bordamos. Yo me creía que era Frank Sinatra. Y el aplauso que nos dieron.

Sí que te das un aire. ¿A qué edad era eso?

AR: A los 14 años.

Madre mía.

RR: Ahí nos pusimos Conjunto Los Río. Vamos a una emisora, nos contrata el [Antonio] Pulpón, representante artístico. Vamos a [la sala de fiestas sevillana] El Guajiro… Por lo menos seis meses, creo.

AR: Sí, seis meses.

RR: Y llega este hombre preguntando por “Los del Río”. Nosotros éramos Conjunto Los Río, y decimos… “Coño, esto es más corto”.

AR: Y más bonito. Los del río… Guadalquivir, ¿eh?

¿No discutís nunca?

AR: Sí, hombre.

RR: De vez en cuando le doy un puñetazo (ríe)

AR: Discutimos como todo el mundo.

RR: Es que somos de carne y hueso.

AR: Si hay alguna cosa que a mí no me parece bien, o a él no le parece bien, la tenemos que estudiar, la tenemos que discutir…

RR: Son tantos años. 60 años. Es que nadie dura tanto. Estamos juntos desde antes que llegara El Corte Inglés a Sevilla.

AR: Recuerdo ir a buscar representante a la Plaza del Duque, que es donde está el primer Corte Inglés de Sevilla, que antes estaba el Palacio de los Sánchez-Dalp. Era una familia muy importante de Sevilla, tenían un palacio…

RR: Qué memoria tiene.

Los del Río en 'Macarena'

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Sus años animando a la jet set

¿Y cómo llegáis de ahí a las fiestas de la jet set?

RR: Era el año 63.

AR: Tenemos que agradecer que en aquella época, siendo nosotros unos chiquillos nuevos, había una fábrica de aceitunas que eran de los Ybarra. Y los Ybarra tenían una finca en Dos Hermanas, y tenían contacto con todo el pueblo, y alguien les dijo: “Hay unos chavales que cantan que no veas…”. Y nos llevaron a su finca a cantar. De esa finca nos llevaron a la caseta de feria de Labradores, de Pineda, del Aeroclub… Con 15 o 16 años ya. Ahí empezamos a meternos en las fiestas de sociedad y en las casas de esta familia. También nos llevaron al Rocío con la hermandad de Triana, íbamos nosotros a caballo cantando, o en un “charrer”, un cochecito de caballos por las arenas… Dormíamos en el camino con la hermandad de Triana. Y de ahí que todo el mundo quisiera tener una fiestecita en su casa. Fuimos también a la feria de Córdoba, a la feria de Jerez, que íbamos con Miguel Primo de Rivera [y Urquijo], que era el alcalde de Jerez en aquella época. Y de ahí pasamos a las mejores discotecas de Madrid. Ahí es donde Cari Lapique o Isabel Presyler venían a vernos y, claro, nosotros cantábamos por rumbas, que entonces no se bailaban las sevillanas, y salía Cari Lapique y decía: “Gracias a ustedes estoy luciendo el vestido que me ha regalado mi marido. Porque si voy a un tablao flamenco me sientan allí cuatro horas, viendo bailar, viendo cantar… pero yo no luzco mi chicha”. Nosotros las sacábamos a bailar por rumbas con nosotros y en esa época a Lecturas y a todas las revistas les hicimos una gran ayuda.

Y teníais una gran cercanía con el Rey emérito.

AR: El Rey era muy cercano y muy divertido, y se peleaba con nosotros contando chistes. Él contaba uno, yo contaba dos, Rafael contaba tres… Y es una persona que se pone a tu altura. Te encuentras con una sencillez y una naturalidad fantásticas.

RR: Nosotros le conocimos aún de príncipe en Sevilla, en el hotel Alfonso XIII. Y aquella fue la primera vez que lo vimos, iba con su señora, entonces también princesa.

AR: Era una fiesta en la que venía Constantino [II] de Grecia, pero es que al día siguiente los del Río también estábamos, y ellos nos dijeron: “¡Pero quillo, ¿otra vez aquí?!”. Y desde ahí. Estamos muy agradecidos a los reyes de España, porque al ir con ellos a la Zarzuela o ir a una fiesta en Marivent, en Palma de Mallorca, se corría la voz y toda la gente importante o que económicamente nos podían llevar a sus casas, nos llevaban. Porque para ellos era la gloria: “Si Los del Río están con los Reyes, pues mañana los traigo yo a mi finca”.

RR: A lo mejor no teníamos un disco fuerte o canciones fuertes… pero nos llamaban los artistas de la jet set de Marbella.

AR: Con [Alfonso] Hohenlohe, el inventor de Marbella. Con [el traficante de armas Adnán] Khashoggi en su yate Nabila, y con doña Carmen, la Baronesa Thyssen, que no daba una fiesta sin Los del Río.

Y viniendo de un origen más modesto, ¿no os sentíais como pez fuera del agua en esos ambientes?

AR: Mira, la modestia no está peleada con la honradez ni con la educación. Cuando se tiene honradez, y principios y respeto, algunas veces ese tipo de gente de altura que tú ves tienen menos categoría que cualquier humilde.

Desde luego.

AR: Cualquier humilde le puede ganar a un “alto estandin” de esos, que a lo mejor no sabe estar. Y nosotros afortunadamente veníamos de una famila muy modesta y muy humilde pero muy trabajadora, muy honrada y muy respetuosa con todo lo que se mueve. Y es lo que a nosotros nos ha hecho grandes en esta vida profesional: el respeto, la humildad, la sencillez y darle amor a todo el que nos ha acompañado.

Los del Río en 'Macarena'

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De gira con 'Macarena'

Hablemos un poco de la Macarena.

AR: [automáticamente] ¡Aaaay!

¿Cuál es el sitio más absurdo en el que os recordáis cantándola?

AR: Creo que fue en el Líbano.

RR: Bueno, aquellos porteros que eran dos tanquetas de guerra.

AR: Era en un estadio de deportes. Los que iban delante de nosotros, en camiseta, con muchos pelos, uno con una mascota…

RR: Y más tapones que los tapones de la Fanta. Mucho muñeco por aquí, que entonces se llevaban menos, no como ahora los futbolistas [se señala los brazos, intuyo que se está refiriendo a tatuajes]. Bueno, y nosotros asustados…

AR: Con nuestras corbatas, nuestros trajes, muy elegantes…

Siempre os habéis vestido así.

RR: Pues detrás de esos señores, muy malamente vestidos y muy raros, y pegando muchas voces, íbamos nosotros. Y hay que ver la fuerza que tiene la Macarena, si vieras cómo nos recibieron. Era empezar: “Pim, pim, pim-pim…”. Y el estadio lleno de libaneses se volvió loco. Nos dieron el aplauso más grande de la historia.

AR: Batimos el récord de los dos o tres grupos que iban, grupos rockeros de Inglaterra y de Estados Unidos… pero cuando llegó la Macarena, todo el mundo: “Eeeeeeh, ¡Macarena!”. En el Líbano.

Empezasteis a despuntar cuando vuestros padres ya no estaban, porque habéis contado que el dinero de la música lo usabais para ayudar a vuestras madres. ¿Qué dirían vuestros padres si vieran todo lo que habéis conseguido?

AR: Creo que se sentirían muy orgullosos. Yo tuve la suerte de que antes de que muriera mi padre, con 48 años y yo muy jovencillo, con 17, ya estábamos cantando. Él tenía un taxi y era el que nos recogía a nosotros en el primer trabajo que tuvimos, en El Guajiro. Ahí ganábamos 300 pesetas diarias. Rafael se llevaba de eso 20 duros, yo 20 duros, y le dábamos 20 duros a mi padre por la carrera. Y fíjate que un día me coge mi padre y me dice: “Antonín”, como me llamaba él, “desde mañana va a ir a recogerlos ustedes Panduro”, otro taxista que era compañero de mi padre. Y digo: “Papá, ¿por qué?”. Me dice: “Porque tú no te puedes traer a casa conmigo 40 duros y Rafael 20 duros nada más”.

RR: Que ya ves.

AR: La honradez de mi padre. Eran tiempos muy difíciles, y él no quería que Rafael pensara que nosotros nos llevábamos más que él.

RR: Ahí estábamos tiesecitos…

AR: Tiesos, tiesos… Todo ese tipo de cosas, que si tú las olvidas… olvidas todo.

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