Entre aplausos, gritos y rodeada de agentes de seguridad. Así ha llegado la tonadillera al banquete del bautizo de su nieta Carlota, hija pequeña de Kiko Rivera e Irene Rosales. Celebrado en el restaurante El Traga, en Sevilla, el local se encuentra situado en una estrecha calle de una única vía y la aparición fugaz e inesperada ha causado un gran revuelo entre los presentes y medios de comunicación, siendo sin duda uno de los momentos que más se recordarán de esta celebración. Tal y como explicaba Sonia Fernández, enviada especial de Viva la Vida, “El momento en el que ha llegado el coche y ha salido Isabel Pantoja, se ha parado el mundo.”
La cantante lucía una cola de caballo y un chal satinado de color rosa palo que ocultaba su vestido. En las imágenes se la ve muy feliz y sonriente, ejerciendo el papel de abuela orgullosa. Así lo explicaba Raquel Bollo, invitada al convite, en una fugaz entrevista: “Al final tiene a sus hijos juntos, sus nietos y ahora mismo está feliz”.
Isabel Pantoja, como ya hizo en el bautizo de su otra nieta Ana hace dos años, no ha asistido a la ceremonia celebrada en la iglesia de Castilleja de la Cuesta, en Sevilla. La aparición ha sorprendido a los presentes porque se esperaba que ya estuviera dentro del local, tal y como había explicado esta mañana su sobrina Anabel Pantoja en Socialité: “Irá al convite como pasó en el bautizo de Ana”. Ese día también quiso mantenerse alejada de los focos, pero como ha pasado hoy, ha sido difícil no tener unos minutos de protagonismo.
En estos momentos la celebración continúa en el restaurante, que se ha cerrado especialmente para el bautizo y en el que se han unido algunos amigos y familiares que no han asistido a la ceremonia, como Raquel Bollo y Luís Rollán. En total unas 100 personas que han degustado un menú de setenta euros que, como ha informado el programa de Telecinco, era de lo más completo.