Han tenido que pasar 20 años para conocer la verdadera historia de superación de Rosa López antes de formar parte de 'Operación Triunfo', ese talent musical que le cambiaría la vida por completo mostrándole las luces y las sombras de la popularidad.
La cantante, de 41 años, se sinceraba como nunca antes con Jordi Évole. Además de sus problemas con Hacienda y su traumática experiencia en 'OT, reveló la cantidad de mentiras que contó para para poder entrar en el programa. "En una de las muchas pruebas para entrar al concurso, me preguntaron a qué estaba dispuesta para entrar en el programa. Decidí perder eso porque sentí que era lo que querían escuchar", contaba.
Pero sus engaños no se quedaron ahí. Casting tras casting, Rosa López contó que ella procedía de un pueblo de Granada llamado Armilla algo que tampoco era real. Dos décadas después, la cantante ha reconocido que ella es de un barrio cercano al polígono de Almanjáyar, pero durante los casting se mudaron a esa casa por miedo a que le excluyeran por los orígenes muy humildes de este barrio. "Soy poligonera", admite ahora con una sonrisa y es que fue su madre quien le aconsejó no contar la verdad por miedo a que eso pudiera repercutir en su futuro.
Por si esto no fuera suficiente, ha contado que dijo que tocaba el piano y que hablaba inglés, algo que con el paso del tiempo se demostró que tampoco era verdad. "Me parece que falsificar un currículum es lo más español que hay", le respondía Évole con humor quitándole importancia a las mentiras de Rosa para lograr su sueño. "Fue el sufrimiento de unos padres para que no trataran mal a sus hijos", justificaba la artista. Ahora, solo tiene un objetivo y es volver a sonar en la radio.