Laura Escanes se ha convertido en las últimas horas en el perfecto ejemplo de cómo se debe actuar ante el ciberacoso, un delito que desgraciadamente está muy extendido y puede llegar a consumir a la víctima. En este tipo de situaciones, es imprescindible no quitarle hierro pero, sobre todo, actuar. Y con contundencia. Siendo una 'influencer' con una audiencia descomunal, Escanes recibe miles de mensajes entre los que puede haber de todo. Seguro que sus "bonitos", forma en la que se dirige a sus fans, tienen siempre palabras llenas de cariño que la reconfortan y la animan ahora que está concentrada preparando su primera incursión literaria. También están los 'haters', molestos como moscas, a quienes es mejor ignorar o callar para siempre, como en ocasiones la hemos visto hacer.
Sin embargo, los mensajes de acoso sexual están en otra liga, peligrosa, y no admiten equidistancias ni una actitud pasota. La mujer de Risto Mejide ha dado una lección haciendo visible el problema de acoso del que es víctima. Compartirlo no solo le ha permitido recibir el apoyo de otros usuarios, sino que sirve de ejemplo para aquellas personas que pueden estar viviendo una situación parecida y aún no han tenido la fuerza de pararlo. No hay decisiones a medias, el acoso en redes se combate solo de una forma: BLOQUEAR. Sin pensarlo.
A Laura la estaban inundando con mensajes privados irrespetuosos e incómodos. "Como me gustaría mordisquear esos labios", "Daría lo que fuera por verte las tetas" o " Como me excita que metas tu manita en el escote", han sido los ejemplos que la 'instagrammer' ha compartido a través de un pantallazo. Muchos usuarios se han volcado con ella y, muy acertadamente, han dado con la emoción que despiertan: "Asco".
Además de animarla también le han aconsejado sabiamente el siguiente paso al pantallazo (las pruebas) y el bloqueo inmediato: denunciar para que el acosador no tenga más posibilidad de molestarla ni de molestar a nadie más.
No es la primera vez que Laura Escanes sufre acoso en redes. En junio de 2017, se difundían unos audios que se le atribuían a ella y en los que, supuestamente, montaba en cólera. Al respecto de este desagradable episodio con el que lo pasó muy mal, y después de que se demostrara que no era ella, concluyó: "Al ser personajes públicos tenemos ese riesgo. No es todo de rosa y nos exponemos a que la gente hable. Bien, mal, regular. Como quieran. Pero ¿existe algún tipo de límite? ¿Quién lo pone? Después de la nochecita en twitter y en prensa he visto que desde luego no existe ningún límite".