Los García Obregón están de enhorabuena. Javier, el ahijado de Ana Obregón, hijo de su hermano Javier y la modelo Paloma Lago, ha dado el “sí, quiero” a su novia, la psicóloga Eugenia Gil Muñoz. “Lo mejor es haber podido vivir este reencuentro de todos”, decía Juancho García-Obregón, otro de los tíos del novio a su llegada a la iglesia San Fermín de los Navarros, en Madrid. Allí se celebró el pasado 1 de mayo el enlace, que empezó con casi una hora de retraso. La novia, que quiso vestirse en compañía de sus cuatro mejores amigas, con las que celebró un brunch justo antes de la boda, llegó con tres cuartos de hora de retraso. “Lo bueno se hace esperar”, aseguró el novio, que esperó a su futura esposa en el altar junto a su madre, la modelo Paloma Lago.
La novia se hizo esperar
Paloma y el novio llegaron a la iglesia juntos, en un espectacular Aston Martin descapotable. El retraso de la novia obligó a alterar momentos de la ceremonia. Se suprimió alguna lectura y algunas canciones. Pero su entrada en el templo fue, sin duda, uno de los momentos más comentados. La novia entró del brazo de su madre, que ejerció de orgullosa madrina mientras acompañaba a su hija al altar con la banda sonora de ‘La vita è bella’.
La demora de la novia no cambió una de las partes de la ceremonia que los novios habían preparado con más cariño: el homenaje a los familiares que ya no están. Se recordó a los abuelos del novio, a la abuela de la novia y muy especialmente a Aless Lequio, primo de Javier, a quien el novio había estado siempre muy unido.
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