Rocío Jurado dejó por escrito en el testamento que la casa de la Moraleja en la que pasó gran parte de su vida debía ser vendida. Solo seis meses después de su fallecimiento, José Ortega Cano hacía las maletas para poner rumbo a Yerbabuena con Gloria Camila y José Fernando. Ahora, 16 años después, las cámaras de televisión han tenido la oportunidad de volver a entrar en Montealto.
Desde el plató de 'Ya son las 8' Gloria Camila ha sido testigo del estado de abandono en el que se encuentra la mansión en la que vivió sus años más felices con el jardín descuidado, la piscina vacía, azulejos rotos... Actualmente, el inmueble es propiedad de una entidad bancaria y está okupada por la persona que compró la propiedad tras la muerte de Rocío Jurado. "Estoy alucinando, no sabía que estaba tan estropeada. Yo con ese jardín cuidaría muchísimo las plantas. Poco te puedo decir...", manifestaba la joven parca en palabras.
Fue Rosa Benito quien, sin poder borrar la sonrisa de su rostro recordó los momentos felices que vivieron entre esas cuatro paredes: "La vida allí era muy feliz. Muy alborotada porque ella era todoterreno. Era una persona que quería siempre tener la cada llena de gente, de amigos".
Gloria Camila ha aprovechado su intervención en el programa de Sonsoles Ónega para aclarar, de una vez por todas, por qué ningún miembro de la familia quiso comprar el inmueble: "No la hemos comprado porque en el testamento mi madre ordena que la casa debía venderse en dos años y que no podría ser comprado por ningún miembro de la familia. Además, es una pasta y los familiares ese dinero no lo tenemos. Nadie va a faltar a lo que mi madre quiso en su día", sentenciaba.