Gloria Camila tiene por delante este 21 de febrero un día muy especial. La hija de Ortega Cano y Rocío Jurado está de cumpleaños. Una celebración un tanto agridulce porque si por algo se caracteriza la llegada de Gloria Camila a los 26 años, es porque está en un momento un tanto intenso en el que tiene varios frentes abiertos. Así que, inevitablemente, la joven va a ver marcado este lunes tan especial para ella por la encrucijada ante la que se encuentra. Y es muy probable que hoy mismo tenga que dar la cara. Porque salvo que haga una excepción, hoy estará en el plató de ‘Ya son las 8’ como cada lunes para responder (o no) a su hermana Rocío Carrasco.
Gloria Camila ha visto marcada su vida en los últimos meses por el paso al frente de su hermana Rocío Carrasco. Y de alguna forma, ella también se ha convertido en protagonista de esta historia al ser de las pocas con las que ha habido un atisbo de acercamiento. Pero en los últimos días todo ha vuelto a temblar. El pasado viernes, la intervención de Rocío Carrasco en ‘Montealto, regreso a la casa’ estuvo marcada por sus comentarios a Ortega Cano. Algo que podría no gustar nada a Gloria Camila y sobre lo que tiene que tomar una determinación en las próximas horas. ¿Contestará de lleno a su hermana, o preferirá esperar a ver la docuserie 'En el nombre de Rocío' para hacerlo? Además, este año la joven ve empañado eso de soplar las velas de su 26 cumpleaños por todas las informaciones que están viendo la luz sobre sus padres y sobre algunos de los miembros de la familia Mohedano y que le tienen un tanto desconcertada.
Del lado contrario, Gloria Camila también tiene motivos para sonreír en su 26 cumpleaños. Seguro que pasa un día muy bien rodeada de su novio David, con el que mantiene una relación muy estable, con su padre Ortega Cano, con Ana María Aldón y con su hermano pequeño entre otros. Y probablemente reciba la felicitación de otros familiares como Rocío Flores. Esto sumado a que se ha hecho un hueco como colaboradora en ‘Ya son las 8’, programa en el que es una de las más habituales de la mesa, hacen que pese a la encrucijada que tiene por delante, tenga motivos para sonreír.