GH17 expulsa a Cris y Laura, y Miguel se muere por quitarse la peluca

La gala de ayer no contó con una expulsión, ¡sino con dos!

Ayer vimos las primeras las expulsiones de GH17, los primeros “tía, no me puedes dejar aquí” “oye, no cambies, eres mi hermano”. Esas exaltaciones de la amistad que tanto nos gustan. La audiencia decidió que se tenían que ir para su casa Cris (que, recordemos, dijo que había dejado el trabajo) y Laura, la pantera que descubrió la estrategia de Clara.

Ellos fueron los expulsados de Guadalix, pero un jueves más todo el interés recayó en Miguel y su peluca. Se suponía que no se podía concursar con un compañero y esta regla parece que no es válida para el que guarda el mayor secreto de todos... ¿Ha sido buen fichaje el gallego? Aunque después nos arrepintamos, tenemos que decir que sí. Que aporta. Que da juego. Miguel no se queda en una esquina, él participa y se quema a lo bonzo. Por eso ya se ha ganado sus primeras enemistades. Pablo, el gofrero, no puede con él. No lo soporta porque lo ve muy artificial, piensa que es diametralmente opuesto a él. Lo que no sabe es que quizás estén más cerca de lo que cree…

Miguel se muere por quitarse la peluca y dejar de fingir. Se ha dado cuenta que su personaje lo ha fagocitado y eso no le mola un pelo. El tener que actuar las 24 horas sin descanso, sin ser él mismo, lo tiene agotado. Normal. Así que está esperando que llegue el mejor momento para quitarse su flequillo positizo y decir "hola mundo, aquí estoy. Se acabó este papel de Jon Kortajarena de palo. El que tenéis delante es el auténtico Miguel”. Y si él tiene ganas de hacerlo, nosotros nos morimos por verlo. Ha dejado una frase para la posteridad de esas que se sobreescriben en los vídeos de despedida de los concursantes, mientras unas imágenes a cámara lenta pasan por detrás: “Me gustaría salir de aquí diciendo que soy ganador de mi propia vida”. Natural no es el chico, pero tiene unos arranques propios de Benedetti.

Esta semana tendremos nominados a Candelas, Meritxell, Miguel y Pablo.