El cantante Francisco ha llegado a su límite en ‘Supervivientes’. Ni las continuas peleas con el resto sus compañeros, ni tan si quiera una tormenta perfecta, han podido con él, como sí lo ha hecho el hambre. Está canino, y esto le pasa factura a su entereza mental; tanto, que le ha llevado a plantearse abandonar el concurso la próxima gala.
Quizás estemos ante la edición con más números de bajas. Pareciera que los concursantes no quieren estar en el concurso pues demuestran poca capacidad de aguante. El hambre es el mayor problema del cantante, pero tampoco se quedan atrás las picaduras de insectos, mosquitos y pulgas, que se ceban con su agotado cuerpo, llevándoles al límite de la desesperación.
El de ‘Latino’ ha avisado a Jorge Javier que no puede más, que hace tiempo que dejó la mirada “de un loco risueño” para tener solo una mirada famélica. Que hasta se imagina comiéndose el pienso de su perro. A Francisco, cuando se pone dramático, no le gana nadie. “Estoy al límite, prefiero irme el jueves”, avisó, poniendo en antecedentes al presentador para que el día de la gala nadie se llevara sorpresa alguna.
Tras aislarse de sus compañeros a raíz de las disputas vividas a consecuencia de su descomposición intestinal vivida la pasada semana, el marido de Paca se siente débil física y emocionalmente. “No tengo la edad de ellos”, se excusaba, a lo que Jorge le recordaba que, precisamente por eso, ninguno podría acercarse a su fortaleza mental. Pero cuando las fuerzas fallan, uno no atiende.
El valenciano siente que ha dado lo mejor de sí mismo y que ha hecho un buen concurso, pero hasta aquí. Ya no puede seguir adelante. Al hambre acuciante hay que sumar que no descansa. Que sus ronquidos no os lleven a equivocaciones, Francisco no desncansa como debería, y esto es debido a las picaduras de insectos que le tienen acribillado, y, por si esta fauna fuera poca, también están los monos. “Ha aparecido un par que nos despiertan cada mañana”.
Con su permanencia en Honduras en el aire, Francisco encara su decisión más difícil, ¿tirar la toalla y arrepentirse, o continuar y fastidiarse?