FOTOS EXCLUSIVAS | Entramos en la idílica casa de Ana Luque en Torremolinos: a 20 metros de la playa, un vestidor en el sótano y jardín con piscina

Ana y su familia viven en esta casa desde 2001. Está frente a la playa, a 20 metros de esta, y tiene una terraza de 90 m² con una piscina que hicieron tras la pandemia. La vivienda está ubicada en Torremolinos y, como ella dice, es su paraíso. "Mi marido y mis niñas son maravillosos y tenemos muchos amigos. ¿Qué más puedo pedirle a la vida?", contó, hace unos años, en exclusiva a la revista Lecturas. 

Ana lleva más de veinte años casada con Juanma y juntos son padres de dos jovencitas, Valeria y Aitana. 

Su amplia terraza no se 'casa' con una sola tendencia. Ana Luque prefiere la mezcla y, de este modo, crea un espacio tan único como ella. Bajo la pérgola, la maestra ha ubicado una amplia mesa para celebrar cenas al aire libre, bien en familia, bien con amistades. Los sillones que la rodean son de estilo bohemio, realizados en mimbre y con cómodos cojines para un extra de confort. 

A la hora de decorar, Ana Luque apuesta por el estilo tailandés con un Buda de enorme tamaño, además de platos y espejos de rafia y paja. Sobre el suelo, una alfombra de grandes dimensiones de inspiración animal. 

"Esto no es gratis, cada día hay que trabajar y pelear para mantener lo que tenemos. Con disciplina, hay que estar muy encima de las niñas. En la vida no es todo ‘happy’", nos dijo Juanma, el marido Ana Luque, quien destacó el enorme esfuerzo que habían realizado para poder tener esta realidad. 

Con 16 años, esta ya vendía turrones para poderse pagar sus estudios. Tras acabar su carrera de Educación Infantil, empezó a trabajar en algunos de los barrios más humildes de Málaga. "Era duro, trabajaba al lado de un asentamiento de chabolas. Enseñaba a despiojar a los niños". 

En el sótano de su domicilio en Torremolinos, se encuentra el vestidor de Ana, donde guarda su colección de zapatos -tiene unos 350 pares– , su colección de gafas –unos 40 pares– y su colección de bolsos, algunos heredados de su madre.  

Y precisamente de esta madre con tan buen gusto para la moda, ella heredó su mejor legado: su fabulosa manera de entender y ver la vida. "Ella le metió en la cabeza que tenía que ser feliz y disfrutar y lo ha cogido al pie de la letra", nos confesaba su marido. 

Ana y Juanma querían la casa perfecta para criar juntos a su familia. La encontraron al lado del mar y en Torremolinos, donde, a diario, se esfuerzan por mantener la cohesión como equipo. Cada mañana desayunan juntos, y, al caer la noche, cenan contándose qué han hecho ese día. 

Su cómoda terraza es perfecta para estos encuentros. Su amplia mesa de madera está rodeada por un banco y varias butacas, de lo más cómodas, en el caso de que la familia cuente con invitados a cenar a casa.

"Vivir con Ana es una aventura diaria", nos contó Juanma. "Siempre hay un proyecto nuevo. Cuando Valeria tenía unos 7 años, en el cole le preguntaron a qué se dedicaba su padre. “¿Quién limpia, hace de comer, recoge?”, le preguntaron. Ella respondió: “Papá”. “¿Y tu mamá, ¿a qué se dedica?”, le dijeron, y ella contestó: “A su belleza” [risas]".

Juanma aseguró que su mujer era la que ponía orden en las rutinas y esta admitió a Lecturas que su pareja "le hace la vida muy fácil". 

Ana ha mimado con tremendo esmero toda la decoración de su habitación, donde la vegetación también forma parte esencial. 

La colaboradora de 'Fiesta' apuesta por los tonos claros, tanto en su ropa de cama como en las cortinas. Además, elige una pared con papel pintado para ese efecto cabecero que tanto nos gusta y que resulta una propuesta de lo más original. El encanto rústico de la habitación lo termina de completar el pequeño banco de madera a los pies de la cama, perfecto para calzarse o para que reposen los cojines y mantas. 

Uno de los detalles más especiales del dormitorio radica en uno de sus espejos, de tipo tocador, que está iluminado con bombillas de los años 20 compradas en Nueva York.

Las cocinas oscuras vuelven a estar de actualidad y Ana Luque se adelantó a esta moda, eligiendo los muebles, la encimera y la isla en estos tonos. 

La familia rompe esta negritud escogiendo taburetes de un llamativo color como es el amarillo ¡Toda una explosión de diversión!

Aprovechando el clima suave de Torremolinos, por qué no conectar el salón con el gran punto fuerte de la casa, su jardín. 

Esta estancia está dominada por un sofá XL en tonos neutros, perfecto para las reuniones y encuentros; pero, sin duda, lo más llamativo de todo el salón es su original mesa de centro con forma de puzle, en la que las piezas de colores encajan a la perfección y otorgan mucho juego a la habitación; demostrando la jovial personalidad de sus habitantes.