Está claro que cuando uno está ciego de amor cualquier lugar te parece el mejor del planeta si lo compartes con tu media naranja. El sitio más inhóspito puede ser el refugio perfecto para vuestros besos, vuestros abrazos. Repetimos, aunque tenga el pack completo para ser declarado en ruinas. Mirad lo entregados al amor que estaban Paz Padilla y su marido, Antonio Vidal, que ni se dieron cuenta de los escombros que les rodeaban.
Cables, tubos salientes, ladrillos, una valla metálica… lo que podía haber sido el decorado de ‘Mad Max’ ellos lo convirtieron en la calita más romántica del planeta. La estampa la salvan sus muestras de cariño y el mar al fondo. Paz parece que ha aprovechado dos días libres que tenía para volar hasta Cádiz y ahí reencontrarse con su amado, ese que, aunque a veces le separen kilómetros (él vive en Andalucía) siempre está “a mi lado”. Con su fogosidad no hay distancia entre ambos.
Pero, ¿y si con esta foto Paz nos quisiera mostrar un pedacito más de su vida y no solo que estamos viendo? Es decir, no solo el gesto de amor, sino un posible plan futuro que la pareja está construyendo. ¿Quizás una casita con las mejores vistas de Cádiz? Desde luego, si esto fuera un adelanto, sería todo un bombazo.
Está siendo muy buen año para Paz, pues sus otros negocios, además de su faceta televisiva, van viento en popa, tiene un bar especializado en tapas del sur en Madrid, y además, la casa rural que alquila Girona cada vez goza de más popularidad. Dado que proyecto en el que empieza, proyecto en el que triunfa, pudiera ser que construir una casita con vistas al mar estuviera entre sus próximos objetivos vitales. A nosotros, si nos preguntasen, no querríamos otro.