A Eugenia Martínez de Irujo también le pasa. Como a la mayoría de madres del mundo siente un orgullo ilimitado y casi sobrenatural por su hija Tana, fruto de su matrimonio con el torero Francisco Rivera. La joven cumplía el pasado octubre la mayoría de edad y, a pesar de su corta edad posee una fuerte personalidad. Entre sus virtudes, destacan su discreción y su madurez. Cayetana vive concentrada más en labrarse un camino profesional sólido que en la fama y los 'atajos' de la vida. Por eso, uno de sus deseos es estudiar Empresariales, dejando claro que también es una chica independiente.
Pero lo que es de justicia debe reconocerse también y es que la hija de la duquesa de Montoro y el diestro es una joven con una belleza serena y fresca espectacular. Después de lo enumerado, Eugenia tiene millones de razones para presumir de hija. Y en esta ocasión ha querido destacar precisamente los preciosos rasgos de Tana. Su madre ha publicado un bello primerísimo primer plano de su hija con el que no ha podido evitar que se le caiga "la baba". "¡Esa cara!", exclama Eugenia. Y hay que darle la razón, Tana está preciosa. La joven, cuya larga melena castaña enmarca su rostro, maquillado con tonos muy suaves y en el que destacan sus ojos perfilados de negro, dándole profundidad a su mirada.
"Se me cae la baba" y lo entendemos perfectamente, Eugenia. La duquesa ha expresado el orgullo por Tana con un escueto, pero enorme "Te quiero mi amor", coronado con un corazón.