A menudo los deportistas de élite construyen, durante años, una red de seguridad empresarial para poder seguir manteniendo su alto estilo de vida cuando termine su carrera. Abren restaurantes, clínicas capilares -como en el caso de Cristiano Ronaldo-, pero otros son mucho más discretos con sus negocios, como es el caso de Iker Casillas. El que fuera durante años portero del Real Madrid forma un equipo perfecto con Sara Carbonero, su mujer y madre de sus dos hijos, que también cuenta con sus propios negocios que van viento en popa. Sin duda, la pareja puede estar muy tranquila de que, cuando la carrera como futbolista de él termine, no pasarán apuros económicos.