La fortuna que recibirá Hubertus de Hohenlohe, heredero universal de Ira de Fürstenberg

Ira, fallecida en Roma a los 83 años, fue madre de dos hijos, Christoph y Hubertus, pero el primero murió en extrañas circunstancias en 2006 tras ser encarcelado en Bangkok

Montse Jolis
Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

Ira y Hubertus
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El fallecimiento de la princesa Ira de Fürstenberg el pasado 18 de febrero ha dejado desolada a su familia y a los muchos amigos que la conocieron. Ira, cuyo verdadero nombre era Virginia Carolina Theresa Pancrazia Galdina, pertenecía a la aristocracia centroeuropea –su padre fue un príncipe austríaco– y, por otra parte, era sobrina del magnate de la Fiat, Gianni Agnelli. En otras palabras, en Ira confluían una rama de la nobleza centroeuropea y una de las empresas familiares más importantes de Italia.

Problemas con la herencia de la madre

Ira de Fürstenberg

La princesa Ira de Fürstenberg, en la presentación de su línea de joyas.

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Y como sucede en las mejores familias, a la hora de las herencias surgen los problemas. La madre de Ira, Clara Agnelli, no hizo testamento, de modo que, en principio, sus tres hijos, Ira, Egon –casado con la diseñadora Diane von Fürstenberg– y Sebastian, heredarían cada uno de ellos la tercera parte de la importante fortuna que dejó la mujer. Como Egon falleció en 2004, sus dos hijos Alexander y Tatian, nietos de Clara, recibirían la parte correspondiente a su padre.

Hasta aquí, todo parecería normal si no fuera porque Alexander y Tatian, nietos de Clara Agnelli y sobrinos de Ira, denunciaron a su tío Sebastian porque no estaban de acuerdo en cómo estaba gestionando la fortuna de su abuela, y eso que la buena mujer aún no había fallecido (lo hizo en julio de 2016). Sebastian de Fürstenberg justificó a sus sobrinos alegando que, como residían en Estados Unidos, quizá les hubiera llegado información distorsionada.

Ira se casó con Alfonso de Hohenlohe con solo 15 años

"Lamentablemente mis sobrinos viven en otro continente y la distancia puede generar suspicacias, pero la verdad es que siempre he velado por los intereses de mi madre", declaró Sebastian al Corriere de la Sera. La herencia de Clara Agnelli aún sigue judicializada, aunque el juez le retiró a Sebastian la responsabilidad de gestionar el dinero de su madre.

Ira de Fürstenberg

Ira, con solo 16 años, dio a luz a su hijo mayor, Christoph. A su lado, Alfonso de Hohenlohe.

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La fortuna que Clara Agnelli dejó a sus herederos se estimó en unos 100 millones de euros, además de varias importantes propiedades, como Villa Papadopoli, cerca de Venecia, más conocida como Villa Fürstenberg, donde Sebastian instaló la sede la Banca Ifis, fundada por él en los años 80.

No parece que con la herencia de Ira de Fürstenberg vayan a repetirse los problemas que hubo con el legado de su madre, Clara Agnelli. Ira fue madre de dos hijos, pero solo le sobrevivió uno, Hubertus, de 65 años, convertido en su heredero universal.

La tragedia familiar llegó con la muerte de su hijo mayor

Ira se casó con Alfonso de Hohenlohe cuando solo tenía 15 años y él, 36. Un año después nació el primer hijo de la pareja. Christoph, al que cariñosamente llamaban Kiko.

Ira de Fürstenberg

Con sus dos hijos, Christoph y Hubertus.

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Christoph heredó de su madre, no solo la sensibilidad por todo lo bello, sino también una detestable tendencia a engordar. Ira solía hacerse tratamientos para adelgazar en un spa en Tailandia al que acudían muchos famosos y millonarios para solucionar ese problema de los kilitos de más. Kiko, que vivía en Hawai donde regentaba varios negocios inmobiliarios, siguió los pasos de su madre y viajó a Tailandia para ir al mismo spa.

A Kiko le encantaba la comida basura y los refrescos de cola, que consumía a todas horas y que era letal para la diabetes que sufría. Tras su tratamiento en Tailanda, su visado había caducado y decidió, por su cuenta y riesgo, cambiar la fecha del visado con un bolígrafo para alargar la estancia en aquel país. La jugada no le salió bien.

Ira de Fürstenberg

Ira de Fürstenberg, con su hijo Cristoph, fallecido en 2006.

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Los trabajadores del aeropuerto detectaron la chapuza y avisaron a la policía, de modo que Christoph fue detenido y acusado de falsificación documental, lo que le llevó directamente a la prisión de Bangkok. Allí debió sufrir lo inimaginable. Ocupó una celda con 40 presos más y, recordemos, era diabético.

Su madre se enteró de su encarcelamiento cuando estaba en Mónaco, donde presentaba una colección de joyas diseñada por ella. Ira utilizó todos sus contactos para tratar de solucionar el problema de su hijo, pero sus esfuerzos resultaron inútiles. Christoph necesitaba insulina para su diabetes, empezó a sentirse mal y el médico del centro penitenciario ordenó su traslado al hospital, pero falleció a las pocas horas. Era 2006 y Christoph solo tenía 49 años.

El certificado de defunción asegura que la causa de la muerte fue "un colapso simultáneo multiorgánico provocado por una septicemia", pero su madre nunca estuvo conforme con ese comunicado. "Estamos destrozados, apenados e indignados, pero no pararemos hasta conocer todos los detalles de la muerte de mi hijo", declaró Ira.

Hubertus, heredero universal

Dicen que Ira jamás se repuso de la muerte de su hijo mayor. Cada año celebraba en Marbella una misa en el aniversario de su muerte. Christoph fue enterrado en el panteón familiar, en Marbella, junto con los restos de su padre, Alfonso de Hohenlohe, que había fallecido en 2003.

Ira, Hubertus y Simone

Ira, Hubertus y Simone, esposa de Hubertus, en Marbella.

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Ira y Alfonso se separaron a los cuatro años de casarse. Ira abandonó a la familia tras enamorarse del industrial brasileño Francisco Matarazzo Pignatari, pero disputó en los tribunales la custodia de sus dos hijos y ganó. Hohenlohe no se conformó con la decisión del juez y secuestró a los niños y se los llevó a vivir a México. Un culebrón. Con los años, Ira y Alfonso se reconciliaron y mantuvieron una muy estrecha relación. Ambos adoraban Marbella y las hijas que Hohenlohe tuvo en sus dos matrimonios posteriores, también se llevaban muy bien con Ira y con sus hermanos Christoph y Hubertus.

¿Qué recibirá Hubertus tras el fallecimiento de su madre? La herencia, desde luego, es sustanciosa. Además del dinero que Ira recibió tras la muerte de su madre, la princesa era propietaria de varios y valiosos inmuebles.

Hubertus y Simona

Hubertus y Simona, en el funeral de Ira, en Roma.

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Ira era propietaria de varias casas en todo el mundo. Además de la casa de Roma –en la que falleció–, Ira poseía un palacete en el Madrid de los Austrias que compró en 2018. Pero su casa más preciada era el cortijo Las Monjas, una finca que había adquirido su primer marido cerca de Ronda, en Málaga.

La finca, que había sido un antiguo convento, tiene en sus tierras un lago de truchas, un coto de caza repleto de perdices, así como 200 hectáreas de olivos y viñedos. Fue aquí donde Alfonso de Hohenlohe cumplió el sueño ser ser viticultor y en estas viñas se producen los vinos Príncipe Alfonso.

Casado desde 2019 y 'padre' de dos hijos

Y si el dinero en efectivo o las propiedades inmobiliarias no fueran suficiente, Hubertus de Hohenlole, casado con la diseñadora italiana Simona Gandolfi, recibirá también una valiosísima colección de arte, así como las joyas de indudable valor que pertenecieron a su madre.

Curiosamente, Hubertus, que reside entre Marbella, Lichtenstein y los Alpes italianos, no tiene hijos, pero sí los tiene su mujer, Simona. El hijo de Ira y la diseñadora comenzaron su relación en 1994, con una interrupción de tres años en su relación en los que Simona se casó con otro hombre y tuvo dos hijos, Rachele y Rodolfo. Después, Hubertus y Simona se reencontraron y retomaron su noviazgo hasta que, en 2019, se casaron en Vaduz, capital de Lichtenstein. Hubertus quiere a los hijos de Simona como si fueran propios. ¿Serán finalmente ellos los futuros herederos de la fortuna de Ira de Fürstenberg? Todo parece indicar que así será.