Cada vez son más los detalles que se conocen acerca de la grabación de la serie documental del momento, 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', en el que Rocío Carrasco ha desvelado cómo han sido estos últimos 20 años en los que ha permanecido callada ante la incomprensión de todos. Nadie entendía por qué Rocío Carrasco guardaba silencio mientras todos arremetían contra ella, hasta el punto de que incluso Rocío ha reconocido que no hablar durante todo este tiempo le ha perjudicado.
Según desvelaron en 'Socialité', la grabación de la serie se realizó en unos estudios de Madrid que, desde la calle, parecen un auténtico búnker, pues nadie puede saber qué es lo que está sucediendo en el interior del edificio. María Patiño, curiosamente, ha indentificado el lugar: "Ahí grabé yo un anuncio para televisión hace muchos años. Reconozco la calle y la puerta", ha dicho María.
Comenzaron las grabaciones, recordemos que fueron 60 horas, el pasado 2 de febrero de 2021, y se prolongaron por espacio de cuatro semanas. El horario para Rocío Carrasco era intenso. A primera hora de la mañana un coche de producción pasaban a recoger a Rocío y Fidel y los llevaban a los estudios. Llegaban sobre las 10 y empezaba para Rocío toda una sesión de maquillaje, peluquería y vestuario, para comenzar las grabaciones a las 11.30 de la mañana. A la hora de comer, todos salían a la calle para almorzar en algún restaurante de la zona menos Rocío, que tenía su propio camerino, con baño incluido. Tras comer, seguían con la grabación hasta las 4 y sobre las 7 el coche de producción devolvía a Rocío y Fidel a su casa de la urbanización Valdelagua. Los episodios se han ido grabando de forma cronológica.
Fidel no estuvo presente en la entrevista, ya que, según explican en 'Socialité', no quería molestar ni condicionar a Rocío en sus declaraciones, pero estaba en el edificio y se paseaba por el barrio. De hecho, cuando Rocío Carrasco sufrió sendos ataques de ansiedad, Fidel acudía al plató, pues era el único capaz de tranquilizarla.
Durante las cuatro semanas que duró la grabación, Fidel se encargaba de ir a comprar la comida para Rocío Carrasco. Normalmente, compraba pollo con patatas fritas, la comida que más le gusta a Rocío. Otros días traía huevos fritos con patatas o una hamburguesa. Un día Fidel quiso cocinar y propuso preparar un buen pescado para todos, pero la idea se desestimó porque no era nada práctico.