Los cumpleaños tienen ese poso de nostalgia que resulta imposible evitar. Especialmente para las madres, que, cada año, rememoran cómo fue traernos al mundo. Eso exactamente ha sido lo que ha hecho Lucía Pariente en el 31 aniversario de su hija, Alba Carrillo. La reservista le ha dedicado unas palabras preciosas, aunque también se ha reservado darle un pequeño tironcillo de orejas.
“Qué bonito fue, 2:38 del día 31 de julio de 1986. Por parto espontáneo, recién nacido hembra de 3800 gramos de peso”, le empieza diciendo, recordando cada detalle, cada instante de aquella venida al mundo que lo cambiaría todo. “Llegaste a mi vida para que no me aburriese y lo estás consiguiendo”, le dice Lucía a Alba. Esto nos lo podemos tomar por el lado bueno, o por el del reproche. Acompañando a su hija, Pariente ha vivido innumerables experiencias buenas y malas y ahora, aunque su hija ya no sea ninguna niña, todavía le sigue dando quebraderos de cabeza. ‘Entretenimientos’ que los hijos brindamos a los padres, como si considerásemos que con los sudokus y los autodefinos no tienen bastante. “¡Qué sensación! Te quiero tanto…”, termina dedicando a la niña de sus ojos.
Alba, quizás abrumada con una declaración tan personal, se limitaba a contestar de manera tímida un “gracias mamá❤”. Ay, que contenida se muestra ahora Carrillo cuando alguien le toca la fibra sensible, nada que ver cuando el pasado jueves, en el último Debate de ‘Supervivientes’, saltó al cuello de Jorge Javier para defender a la mujer que le dio la vida de las bromas. Esta no es nuestra Alba, nos la han cambiado.