Sabor agridulce. Esa es la sensación que ahora domina a Feliciano López. El tenista decidía viajar hasta Australia solo 10 días después del nacimiento de su primer hijo, una decisión "muy dura" aunque a la vez meditada en la que pesó la pasión por su trabajo y jugar en el que probablemente sea su último Open de Australia. Lamentablemente, las cosas no salieron como hubiera deseado y caía derrotado en tercera ronda contra Andréi Rubliov pero eso implicaba volver a casa y reencontrarse después de un mes con su mujer, Sandra Gago, y su hijo Darío. Sin duda, la mejor de las medicinas.