Rodeada de los suyos y en casa, así ha sido el fallecimiento de Carmen Franco, que desde hace meses luchaba contra un cáncer terminal. Arropada por sus siete hijos Carmen, María de la O, Francisco, María del Mar, José Cristóbal, María de Aranzazu y Jaime, la hijísima de Francisco Franco se despedía de este mundo el 28 de diciembre, a los 91 años de edad.
Carmen, la más mediática de la familia, mantenía al tanto a la prensa de la evolución de su madre, quien, tras el diagnóstico de la enfermedad, rehusó seguir ningún tratamiento. La hija del dictador enfrentó su destino de manera estoica y lo hizo con gran tranquilidad. Sabía cuál sería el final y parecía preparada.
El diagnóstico del cáncer llegó tras haber realizado un viaje con Carmen en el que afirmó encontrarse más cansada la incombustible “Carmencita”, como todo un país la conoció en su niñez. Decidió someterse a unas pruebas médicas y estas arrojaron a la luz el carácter de su deteriorado estado de salud. Ese cansancio que la aquejaba era producto de una complicada enfermedad.
Cunado el final parecía vislumbrarse, Carmen recibió la extremaunción en su casa, situada en el Barrio de Salamanca. Y tras esto, un desfile de hijos, nietos y parejas se fueron acercándose para despedirse de Franco y Polo, que, finalmente, fallecía a las horas.
Carmen se casó con solo 24 años el cirujano Cristóbal Martínez-Bordiú con quien tuvo a sus 7 hijos. A la muerte de su padre, el rey Juan Carlos I le concedió el título nobiliario de duquesa de Franco, y toda su vida se dedicó a gestionar el patrimonio de la familia, un trabajo que le generó no pocos disgustos. Para evitarle preocupaciones, y dado su estado de salud, sus hijos decidieron que había llegado el momento de sucederla para que esta labor no interfiriese con su evolución.
Uno de sus nietos, Luis Alfonso de Borbón, al que estaba muy unida, ha dedicado unas tiernas palabras a su abuela a través de las redes sociales: "Siempre serás mi súper abuela, mi segunda madre, uno de mis pilares y mi ejemplo a seguir", le dice el hijo de Carmen. Luis y la matriarca de la familia pasaron mucho tiempo juntos. Ella se encargó de cuidarle cuando la separación de su madre y su padre se hizo efectiva. Franco se convirtió en el refugio preferido de su nieto que hoy la recuerda de la manera más cariñosa, "ella no se ha ido: la tendré siempre en mi corazón".
Dios se ha llevado a Man (d.e.p), pero ella no se ha ido: la tendré SIEMPRE en mi CORAZON. Pasó de puntillas durante 91 años, dejando un RECUERDO fabuloso a todos los que la conocieron y a mí un VACÍO enorme. Querida Man, siempre serás mi SUPER ABUELA, mi SEGUNDA MADRE, uno de mis PILARES, y mi EJEMPLO a seguir (fuiste una gran CRISTIANA, con muchos VALORES y muy BONDADOSA; te encantaba VIAJAR y DESCUBRIR otros lugares; eras de las personas más CULTAS que he conocido, con una gran MEMORIA y siempre INFORMADA de todo; compartíamos AFICIONES como disfrutar de la NATURALEZA y ver jugar al FUTBOL a la SELECCIÓN ESPAÑOLA o al REAL MADRID; me impresiona la GRAN SEÑORA que siempre fuiste, con tu SABER ESTAR , tu ELEGANCIA , tu INTEGRIDAD , tu SERENIDAD , tu ALEGRIA , tu PACIENCIA , tu SINCERIDAD , tu FORTALEZA y tu APERTURA DE MENTE ). Si hubiera que definirte, repetiría lo que dijo mi primo : “MAN ES MAN”. Te quiero mucho
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