La relación entre Rosa Benito y Amador Mohedano parecía estar más muerta que viva. Ya nadie daba un duro por la pareja, sin embargo, cuando ninguno esperaba verles bajo el mismo techo, su hija consigue obrar el milagro y reunirles dentro de la misma habitación (y quien dice habitación, dice sala de conciertos).
El caso es que allí estaban los dos, aquellos que durante 35 años compartieron cama, aquellos que se quisieron y a los que no les importó desatar su pasión en público besándose en cada rincón de España cuando sus corazones seguían latiendo al mismo compás. Allí estaban, en Chipiona, lugar que vio crecer a Amador y a ‘La más grande’, la tierra que tantas alegrías les ha dado y tanto les hizo sufrir. Allí, juntos de nuevo, dispuestos a llenar sus oídos con la música de la que fue fruto del inmenso amor que sentían el uno por el otro, su hija Chayo.
Bajo la atenta mirada de una gran fotografía de Rocío Jurado en blanco y negro, Rosa y Amador protagonizaron una imagen insólita. Sin embargo, aunque Chayo consiguió que se sentaran a tan poca distancia, entre ellos no se cruzó ni la más mínima palabra. Solamente indiferencia.
El esperado encuentro podría haberse producido mucho antes, como por ejemplo en el último homenaje a Rocío Jurado en el que el hermano de ‘la más grande’ fue una de las grandes ausencias y al que Rosa acudió, para sorpresa de muchos, demostrando la buena relación que sigue manteniendo con su ex familia política.
Tras el frío reencuentro entre la pareja, las redes sociales, han criticado duramente a Rosa de seguir persiguiendo a Amador por Chipiona. A través de una una mordaz y satírica publicación en twitter, Rosa ha asegurado que está “lista” para salir a buscar al padre de sus hijos. ¿Esconderá algo de verdad el mensaje de Rosa? ¿O realmente su relación está muerta y enterrada?