A punto de cumplir dos años juntos, Adara Molinero y Rodri Fuertes posan felices y enamorados por primera vez para Lecturas. La pareja exhibe una enorme complicidad y entendimiento después de haber conseguido, con mucho esfuerzo, la estabilidad y el equilibrio que tanto anhelaban. No ha sido fácil. Cada uno venía con una 'mochila' de experiencias que les han marcado enormemente. Sobre todo Adara, quien llevaba encadenando decepciones amorosas y su máxima prioridad siempre ha sido su hijo Martín. Ambos abren su corazón y, más sinceros que nunca, nos sumergen en los momentos más íntimos y difíciles de aquella incipiente relación, en los obstáculos que han superado y que ha fortalecido su amor.
2020 arrancó de manera muy convulsa para Adara Molinero. Tras romper con Hugo Sierra, le daba una oportunidad a sus sentimientos hacia Gianmarco Onestini, a quien había conocido en la casa de Guadalix. Una relación que duró un suspiro y dejó a la ganadora de 'GH VIP' terriblemente herida. Rodri Fuertes se convirtió entonces en un apoyo muy importante que acabó transformándose en amor. A pesar de la ilusión que lo inunda todo en los primeros pasos de una relación, el influencer y bloguero recuerda que "el principio fue duro". "Yo estaba con ella, pero había días en que era muy difícil animarla", explica aún sintiendo la preocupación de aquellos días, "y la veía triste o llorando o que no tenía ganas de levantarse de la cama".
La propia Adara interviene durante la explicación de su novio y aclara que no se trataba de una depresión. "Acudía a mi psicóloga y me esforzaba por buscar ilusiones...", cuenta en Lecturas. Pero entonces llegó una fuerte crisis que hundía lo que estaban construyendo. "Rompimos un mes y medio antes de entrar yo en ‘Secret Story’. Yo no veía un futuro, no sentía que fuéramos juntos hacia adelante ni que él tuviera esa ilusión", confiesa antes de reconocer: "No iba bien porque estaba muy mal yo".
"¿Y si sale mal?"
La percepción de Rodri, en cambio, era muy diferente, pues estaba convencido de "dar un paso más en la relación" con la condición de que estuvieran los dos bien, pero admite que "no lo estábamos". Como quien se quita una tirita para sentir el mínimo dolor, cortaron por lo sano, pero sin sentarse a hablar de lo que estaba pasándoles ni de sus sentimientos. "Lo llevé muy mal", nos cuenta Rodri, que con una sencilla pregunta responde a lo que realmente quería: apostar con una vida con Adara. "¿Cómo no iba a tener ilusión si había estado con ella en todo lo peor?". Los miedos acabaron controlándoles, llevándoles a aquella situación. "Me daba respeto apostar. Pensaba: “¿Y si sale mal, como les pasó a mis padres?”. Tenía miedo", nos revela el bloguero. Por suerte, aquello ya es un recuerdo del pasado y su relación es el mejor ejemplo de que el amor ha acabado triunfando.