Fran Redondo, nieto del malogrado Julián Muñoz, desvela en Lecturas todo lo que sufrió por el ingreso en prisión de sus abuelos siendo adolescente. El joven desentraña lo que siente al ver la famosa fotografía que evidencia la humillación a su abuela, en la que la Pantoja le coge en brazos con Mayte Zaldívar delante: “Me utilizó para blanquearse”, afirma dolido.
¿Cómo llevas la muerte de tu abuelo?
Mal. Ahora es cuando más bajones tengo, soy consciente de la falta que nos hace mi abuelo. Nos quedan muchas cosas por hacer.
Hablas de él en presente.
Lo llevo conmigo. Llevo la cruz con sus cenizas. Me protege siempre y lo noto conmigo. Le pregunto, aunque espero que nunca me conteste [risas].
¿Qué recuerdos tienes de él?
Tengo muchos. Cuando era alcalde fui a su despacho. Luego [cuando estaba con Isabel Pantoja] veía a mi abuelo a escondidas. Mi padre me llevaba a verle a La Pera [el chalé de Julián e Isabel en Marbella], yo se lo pedía. Era nuestro secreto. Fui un par de veces.
¿A espaldas de tu abuela?
Sí. En aquel momento, me mataba mi abuela. Mi madre tampoco lo sabía.
Isa Pantoja recuerda a tu abuelo con mucho cariño.
Creo que coincidí con ella en la casa cuando fui a La Pera. Mi abuelo siempre me habló maravillas de ella, la quería mucho. Me encantaría conocerla, formó parte de su vida y me puede contar muchas anécdotas de él. Siempre he admirado a mi abuelo.
Tu abuelo entra en la cárcel por primera vez cuando tú tienes 6 años. ¿Fuiste consciente?
Sí, se transmite aunque no quieran. No lo vives, eres un niño, pero cuando eres más consciente y tienes que ir a ver a tu abuelo te vienes abajo.
¿Te decían cosas en el cole?
En esa época, no. Mi madre sí sería más consciente, ha sufrido muchísimo.
Las penas de cárcel de tus abuelos te afectan ya de niño.
Con 10 años me han soltado que mi abuelo es un ladrón. ¡A un niño!
¿Te lo decían niños?
Y adultos. Te lo sueltan como de broma, ¡por dentro te da algo! Están hablando mal de mi abuelo. ¿Cómo lo defiendes? Mejor sonreír y comerte los problemas. Iba por la calle con mis padres y nos gritaban: “¡Chorizos!”. ¿Qué culpa tenían ellos? Como persona mi abuelo era excelente. Se equivocó, hizo cosas mal. Por redes hay gente que hace mucho daño. Me sigue doliendo. Yo no tengo culpa.
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