Vuelvo después de que el dieciocho de mayo acabara en urgencias por una subida de tensión. Dije: “Hasta aquí. No puedo seguir tirando de mí”. Y me dieron una baja médica que debería haber cogido antes. Aguanté mucho más de lo que debería haber aguantado. No debería haberlo hecho. Ningún trabajo es más importante que la salud pero me ha costado cincuenta y tres años aprenderlo. Uno no se levanta un día y acaba en urgencias. Fue feo lo que sucedió y feo lo que provocó que acabara en un hospital. Más feo todavía fue enterarse de todo. Del quién y del cómo. Durante mi baja he pasado por todos los sentimientos habidos y por haber: ira, rabia, impotencia, tristeza, desencanto. Me he enfrentado a todos ellos, no los he esquivado. Es la única manera de superarlos.
No olvido pero vuelvo sin ansias de venganza. Lo pasado quedará en mi memoria como un contratiempo, un bache. Nada más. Pero hay que seguir. Y agradecer a Alessandro Salem, consejero delegado de Mediaset, todo el apoyo y el cariño que me ha brindado. Con esto ya está todo dicho. Después de tantos años haciéndoos partícipes de mi vida no podía volver sin hacer ningún tipo de referencia a mi ausencia. Una vez dicho esto volvemos a estar juntos. Espero que por mucho tiempo. Os echaba de menos.
Estoy nervioso. Hacía tiempo que trabajar en televisión no me ponía nervioso. Estoy nervioso y me despierto a las cuatro de la madrugada. Consigo arrancar algunos minutos más al sueño pero pocos. A las seis ya estoy con el primer café. Pienso que ya no me apetece luchar y al rato me veo diciéndome que sí. Tengo miedo de enfrentarme al veredicto de la audiencia pero intento restarle importancia intentando convencerme de que será un trabajo largo...
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