A Emma García (50 años) estas fiestas le toca trabajar. A la presentadora le toca entretener en las horas previas a una de las cenas más importantes del año. No le parece mal plan, nos confiesa, está acostumbrada. No es la primera vez que le toca ponerse ante las cámaras el 24 y, de nuevo, este año cumplirá con su obligación mientras todo el país ultima los preparativos. Pero, ¿cómo es una Nochebuena en casa de la presentadora?
Emma García ha charlado, en exclusiva con Lecturas, y nos ha detallado cómo serán estas fiestas para ella. “Tengo mucha suerte porque llego justa de trabajar, con estos programas... Echo una mano en todo lo que puedo, pero no me cargo con todo el mogollón”, además, confiesa que no es cocinera en absoluto, así que le deja todo eso a su marido, Aitor. “Yo soy un desastre”, nos cuenta.
Para Emma García, las fiestas no son fáciles. “Me gustan las Navidades aunque hay momentos que son tristes y se echa mucho en falta a ka gente que no está. La Nochebuena siempre ha sido muy especial. Llevas a las personas que faltan en el pensamiento”. En el caso de la presentadora, su aita. El padre de Emma falleció hace un par de años y su recuerdo es muy intenso. “Según pasa el tiempo, más me acuerdo de él. Intento hacerlo con una sonrisa y agradecida”.
Un marido cocinero, en casa, con su hija y con una destacada ausencia: las fiestas de Emma García
Ella no cocina. No tiene ni tiempo de ni ganas. Emma García confía en Aitor, su marido, su amigo, su amante, su mano derecha, su mejor apoyo, toda la organización. Confía en él como lleva confiando desde los 16 años, cuando se enamoraron. Una fe ciega e inquebrantable que comparte el mismo objetivo vital “disfrutar”, nos resume.
Cuando Aitor cocina “pone mucho cariño”, nos dice Emma García como uno de los secretos de sus platos, pero, también de su relación. “Es muy apañado si no ¿crees que iba a estar tanto tiempo con él? Me lo he cogido muy completo?”, nos contaba entre risas.
Están en un buen momento. Tienen la familia que siempre soñaron y todos se entienden, apoyan y animan. Algo que es clave. Emma García tiene muchísima confianza en ellos, por eso, cuando le propusieron trabajar los fines de semana, algo que podría complicar su tiempo en familia, los primeros con los que lo consultó fueron ellos, su marido y su hija, que la animaron y la alentaron a decir que sí. Por eso, cuando está fuera del trabajo, todo su tiempo es para ellos, su absoluta prioridad.