“La parte de la familia de tu marido que parece que no te quiere, ¿quiere a tu hijo?”, Lecturas lanza a Ana María Aldón una pregunta que la remueve entera. Es la pregunta que todos desean hacer a la mujer de José Ortega Cano pero que nadie se ha atrevido a hacerle, y la diseñadora, con más valentía que la que requiere la que fuera profesión de su marido, responde.
“Creo que sí”, empieza diciendo, para, acto seguido, enmudecer. “No lo había pensado nunca”. Los pequeños silencios marcan esta parte de la conversación que Lecturas ha mantenido con Ana María Aldón, la protagonista de la actualidad en las últimas semanas, después de que reconociera que las cosas con su pareja no iban como a ella le gustaría. Estaban atravesando una crisis, y ella necesitaba, en cierto modo, que él diera la cara por ella, que le diera su sitio. Y lo hizo. El ex torero aseguró que estaba “perdidamente enamorado” de la concursante de ‘Supervivientes’, y ella, sonrió. Habían sido muchos años de aguantar desprecios y desplantes por parte de la familia de él, de ahí que esta pregunta sea crucial y signifique tanto.
“Supongo que sí quieren a mi hijo. Otra cosa será que cuando mi hijo sea mayor y vea lo que esa parte de la familia ha dicho sobre mí, lo que se ha hecho conmigo y lo que pudo haberme costado la vida”.
A pesar de que no olvida lo que le hicieron, nos cuenta confiada que no será ella quien envenene al niño. “No seré yo quien le diga a mi hijo: “Cuidadito con tal, que mira lo que dijo”. Algo que le honra. Dejará que sea un José, ya adulto, quien tome las decisiones sobre todo, pero eso sí, sin negarle ni ocultarle la historia de cómo su madre estuvo a punto de perderlo todo. Hasta la misma existencia.