Con la llegada de la nueva directiva a Mediaset, el grupo de Fuencarral sufrió grandes cambios en algunos de sus contenidos. Quizás, uno de los más controvertidos haya sido el llamado ‘veto’ a algunos personajes estrella de la era Vasile. En la lista se encuentra Rocío Carrasco (45 años), cuyo testimonio no solo caló en la audiencia sino que, también, levantó un tremendo debate político. Consiguiendo que términos como violencia vicaria se popularizaran entre la población y que el discurso de una víctima del machismo fuese emitido en ‘prime time’; lo que disparó las llamadas al 016, teléfono de ayuda para las mujeres que han padecido algún tipo de maltrato.
Esta decisión que impera en los programas de Telecinco y Cuatro, no ha hecho que la voz de Rocío Carrasco se quede callada. Desde entonces, la hemos visto ocupar un destacado papel en el 8M, Día de la Mujer, siendo una de las invitadas al especial organizado por Julia Otero en ‘Días de Tele’. Se la pudo ver serena y feliz por el giro que ha tomado su vida, y confiada en el futuro; al que mira con una tremenda ilusión.
Lecturas ha podido charlar en exclusiva con Jorge Javier, uno de sus íntimos amigos a raíz de la emisión de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’; donde alcanzó a comprenderla mucho mejor. Este programa fraguó entre ellos una sólida amistad, de la que ahora nos habla el presentador. “Hablo casi a diario con ella”, nos dice en el último número de la revista. “Lo hacemos temprano por la mañana y ella me dice: ‘¡Quién me una a decir a mí que iba a tener esta relación contigo!’”. Ella no se fiaba de él, “para mí eras el demonio”, le dice en tono de burla. La primera vez que se vieron fue en una de las salas de maquillaje de Telecinco, era la época de ‘Aquí hay tomate’ y el programa era especialmente ácido con todo lo que tenía que ver con María Teresa Campos y sus hijas. Y, recordemos, Rocío es una hija más. Todo lo que le decían a sus ‘hermanas’ postizas era como si se lo dijeran a ella. Así que la relación entre ambos era, cuanto menos, tensa.
“Le digo que me gusta que haya salido de la dinámica en la que estaba metida por razones lógicas, en la que pensaba que todo el mundo era malo y que te puede traicionar”, le dice Jorge a Rocío, feliz por sus avances que continúan con paso firme. A Carrasco le ha costado años de silencio salir del pozo emocional en el que se hallaba, pero, en 2021, reunió la fuerza suficiente para alzar la voz y ser ella quien contase su historia, después de que llevase años escuchando mentiras. De eso hace dos años y la vida no puede ser más distinta para ella; se encuentra produciendo una serie, así como un documental, sobre la figura de su padre, el boxeador Pedro Carrasco; está feliz con su espectáculo teatral con canciones de Rocío Jurado y, además, sus relaciones han cambiado de manera drástica. Se ha abierto al mundo. Su círculo se ha hecho más grande y, lejos de que las nuevas incorporaciones la traicionen, se ha visto aún más arropada. Uno de ellos, a la vista está, es Jorge. Convertido ya en incondicional de Rocío.
En estos meses en los que no se ha prodigado por Mediaset, Rocío Carrasco está centrada en sus nuevos proyectos, algo que la mantiene tremendamente entusiasmada. Cuando desde Lecturas le preguntamos a alguien de sus amigos cómo lleva esta que no se hable de ella, Jorge Javier no duda un instante. “Está feliz”, nos asegura, “no sé si otros y otras pueden decir lo mismo”.
La lista de vetados y vetadas en Mediaset
Rocío Carrasco ha sido uno de los nombres que más han sonado, pero en la famosa lista existen otros que, además, comparten consanguinidad y vínculos familiares con ella. Nos referimos a Rocío Flores Carrasco, su hija, que había colaborado en ‘El programa de Ana Rosa’ pero que ya no ejerce como tertuliana, algo que también les ocurre a Gloria Camila Ortega o Rosa Benito que participaban en la sección ‘Fresh’ de ‘Ya es mediodía’.
Tampoco se puede hablar de José Ortega Cano, Rosario Mohedano, Antonio David Flores o de Olga Moreno. Ajenos al círculo Jurado-Mohedano-Flores, Kiko Rivera y Bárbara Rey.