El pasado 5 de agosto la vida de Daniel Sancho (29 años) daba un radical vuelvo al confesar el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta (44 años). El joven chef era detenido y encarcelado en Koh Samui mientras la investigación para resolver el caso continuaba. A la vez, su vida pasada ha sido analizada al detalle y se han reconstruido sus últimos pasos. Una situación nada fácil que ha cambiado para siempre la vida de Daniel y la de sus familiares. Un claro ejemplo de ello es su madre, Silvia Bronchalo (48 años).
Aunque empezó a estudiar interpretación, donde conocería a Rodolfo Sancho (48 años) con tan solo 18 años, Silvia decidió renunciar a su carrera actoral. Encontró trabajo como agente de seguros y, actualmente, trabaja como gestora de patrimonios y está vinculada al mundo de las finanzas. Así, Bronchalo quiso alejarse de los focos y de los escenarios para llevar una vida discreta y anónima. Algo que se rompió para siempre el día que salió a la luz el terrible crimen que su hijo habría perpetrado.
A pesar del shock inicial y de ver como su nombre ocupaba titulares y noticias, Silvia no lo dudó ni un instante. En cuánto Daniel superó los días de aislamiento por COVID-19 en la prisión de Koh Samui, su madre puso rumbo a Tailandia con el objetivo de ver a su hijo y apoyarle en estos durísimos momentos. Su primer encuentro fue el 17 de agosto. Un cara a cara muy complicado que tuvo que terminar la policía de la cárcel al ver el estado de ansiedad en que se encontraban madre e hijo.
"Es una comunicación con un cristal. Miembros de la cárcel lo observan todo y lo que me cuentan fuentes de la prisión es que le pregunta qué ha pasado, qué ha hecho, él se justifica, lloran...”, contó Nacho Abad en 'Código 10'. La conversación fue a más hasta que “es incapaz de articular palabra y Silvia Bronchalo entra en llanto también”, siguió relatando el presentador. Fue ahí cuando decidieron dar el encuentro por terminado.
Silvia Bronchalo, el primer gran apoyo de Daniel Sancho
Esta reacción no parece extraña, ya que Silvia era la primera persona que visitaba a Daniel. La primera en personarse en el país asiático. La primera en querer dejar claro que estaba al lado de su hijo a pesar de lo que pudiera o no haber hecho. En definitiva, el primer apoyo que Daniel recibía tras ser acusado y detenido. Y no solo emocionalmente.
Desde el principio, Bronchalo quiso actuar para favorecer, aunque fuera mínimamente, a Sancho. Es por eso que decidió hablar con la prensa reunida a las puertas de la prisión. Aunque Rodolfo Sancho y Xenia Tostado habían emitido un comunicado previo, esta era la primera vez que un familiar directo de Daniel se dirigía a los medios de comunicación. Tranquila y serena, Silvia comenzó agradeciendo el trato que había recibido por parte de la prensa, ya que habían hecho un pacto de silencio para respetar su dolor. “Os agradezco mucho el interés, el respeto y la empatía”, aseguró entonces, antes de añadir que “está siendo muy difícil. Daniel está bastante mejor”.
Con un tono de voz bajo y calmado, la expareja de Rodolfo se mostraba muy sincera sobre cómo vivía esta situación y daba algunos detalles sobre el encuentro con su hijo. “Lleva diez días, está bastante mejor dentro de lo que cabe”, señaló entonces. También hizo referencia a esa emoción que habían vivido ambos. Y es que, como ella misma afirmó, "nadie se espera una cosa así, nadie está preparado para recibir una noticia así, no te prepara nadie”.
Tras contestar a algunas preguntas más, Bronchalo se despedía de los medios. Una actitud cercana y agradable con la que pretendía atender las preguntas e interés que el caso de Daniel había suscitado, a la vez que pedía respeto por el procedimiento judicial. Una forma más de ayudar a su hijo, creando una imagen de tranquilidad y simpatía frente a las cámaras.
Su ayuda y apoyo continuaron siendo patentes a lo largo de los días. Acudía cada día a ver a Daniel, le daba dinero para que pudiera comprar cosas dentro de la prisión y le traía regalos u objetos que su hijo le pedía. De esta manera, Silvia se postuló, en apenas pocos días, como la cabeza visible y pública de Daniel fuera de la cárcel. Alguien que velaba por sus intereses. Hasta que llegó Rodolfo.
El distanciamiento de Silvia Bronchalo del caso de su hijo Daniel Sancho
La llegada de Rodolfo Sancho a Tailandia, junto con los abogados españoles de Daniel, marcó una clara diferencia en las acciones y actitud de Silvia Bronchalo. La madre del joven chef pasó de ir cada día a la prisión a no visitar a su hijo los días que el actor acudía. Algo que no pasó desapercibido por la prensa y que sorprendió a todos, ya que durante esas reuniones se hablaba de la estrategia de defensa y de los futuros pasos del caso. Esta fue la primera vez que Bronchalo fue apartada del lado de su hijo.
Al mismo tiempo, saltó la noticia de que los progenitores de Daniel se habrían mostrado interesados en representar a su hijo. Bronchalo reapareció tras la marcha del protagonista de 'El ministerio del tiempo' para pedir "poder notarial" con el que poder realizar gestiones en nombre de Daniel "para tomar decisiones por él", explicaron en 'Tarde AR'.
Un procedimiento que ya habría llevado a cabo su exmarido cuando estuvo en la isla. La diferencia es que a Rodolfo sí se le concedió ese poder, pero a Silvia no. Un paso más que la alejaba de su hijo. “Lo llamativo de esta historia es que estamos ante dos padres que están luchando, permitidme este análisis, luchando por el mismo objetivo que es beneficiar a su hijo”, expresaron en el programa de Ana Rosa Quintana.
Después de estos hechos y tras las palabras de Daniel sobre las visitas de sus padres, Silvia desapareció. La madre del joven dejo de visitarlo en la cárcel y su paradero era un auténtico misterio. Se afirmó que había vuelto a España, algo sorprendente, ya que Daniel se encuentra en uno de los momentos más cruciales de su proceso judicial. La negativa de Silvia a estar a su lado en estos instantes contrasta con su actitud inicial.
También la comunicación con Daniel se habría vuelto más escueta, según Saul Ortiz, subdirector de 'Fiesta'. "Sabemos que Silvia ha podido hablar con Daniel, pero de manera puntual", contó Ortiz. De esta manera, se culminaría una evolución muy triste y complicada para Silvia Bronchalo. De pasar de ser el primer y único apoyo de su hijo, con una clara determinación de proyectar una imagen serena, a tomar una postura más apartada y neutral sobre las decisiones sobre el futuro de su único hijo.