Sevilla, 19 horas. Cayetano Martinez de Irujo, acompañado por su actual pareja, Bárbara Mirjan, llega a la iglesia de Los Gitanos en Sevilla. Es 20 de noviembre y cumple fielmente a una tradición que nadie más en su familia sigue. Desde hace 8 años, él le dice una misa a la memoria de su madre, la duquesa de Alba. Es algo que él hace porque quiere y con lo que siente honra su recuerdo. Pero este proceder, no ha calado de igual modo entre sus hermanos, especialmente en Eugenia.
A la misma hora y a 500 kilómetros de donde se está celebrando el responso, Eugenia Martínez de Irujo, del brazo de su queridísimo Narcís Rebollo, llega a un evento; una entrega de galardones de la que su marido era uno de los premiados. En su look no hay asomo del luto que viste su hermano Cayetano. Lleva los labios rojos, encendidos y en una sonrisa de esas que siempre se le dibujan cuando está acompañada por el amor de su vida. Viste camisa blanca y conjunto torero, una propuesta estilística diametralmente opuesta a la que lucía su hermano pequeño.
Eugenia Martínez de Irujo hace años que decidió que iba a vivir en la luz. Que iba a gestionar su pena y su duelo a su manera, y no como Cayetano le demandaba que lo hiciera. Esto nunca ha sido del agrado del menor de los Alba. Para él, que sus hermanos no estén en la misa anual que cada año organiza es una verdadera lástima, pero no tiene nada que hacer con ellos. Sus hermanos ya han tomado sus propias decisiones y no parece que vaya a cambiar de parecer.
“No me hace falta tanta misa, a mi madre la llevo en el corazón”, dijo solo un año después del fallecimiento de su progenitora. Eugenia Martínez de Irujo tenía clarísimo cómo quería recordar a su madre y era viviendo aún más. Poniéndole aún más ganas a la vida, al amor, a la diversión… a todo. “Las polémicas, misas y actos sociales de este tema no me van”, remató entonces. Hace tan solo un año, y debido al reproche de su hermano, que señalaba su ausencia, ella dijo con contundencia que pensaba seguir haciendo lo mismo que hasta ahora y que su hermano no tenía ningún derecho en opinar sobre su vida.
La relación de los hermanos Martínez de Irujo, resquebrajada
La celebración de esta clásica misa llega en un momento familiar decisivo, en el que la relación entre los hermanos, que siempre fue algo complicada, es más tensa que nunca. Hace meses que están distanciados. “Desde que murió mi madre, se ha unido a otros hermanos y ella ha prescindido de mí”, dijo Cayetano Martinez de Irujo, de lo más dolido, en ‘Tardear’. Ella dijo entonces: “Tiene tanto por lo que callar… Se aprovecha de que los demás hermanos no abrimos el úrico, ese es problema”.
Parte de su conflicto tiene su origen un préstamo que Cayetano Martinez de Irujo habría pedido a través de una sociedad que este tiene con sus hermanos. El deseo del ex marido de Genoveva Casanova era construir un embalse en el Cortijo de las Arroyuelas, de ahí la elevadísima cantidad a la que supuestamente ascendería el préstamo: tres millones de euros.
La versión de Cayetano asegura que sus hermanos paralizaron estos movimientos. “No sé por qué lo paralizan. No sé por qué me piden un aval por el mismo importe para la sociedad. No son mi familia. Lo que quiero es olvidarles ya”, aseguró en el programa de Ana Rosa. Lo que indignó aún más a sus hermanos. “Nos la ha jugado”, insistió Eugenia a Vanitatis. “Todo lo que ha dicho es mentira. Nosotros no paralizamos nada. Le hemos facilitado el tema de la balsa y cuando nos dijo que estaba todo en orden y firmamos es cuando comenzaron los problemas”.